ARQUITECTURA DE MADRID

Dos edificios de viviendas para D. Andrés Gutiérrez

Fichas tomo 1

Posición en mapa
Fecha
1887
Resumen histórico arquitectonico
: José Marañón Gómez-Acebo : 1887 (P) 1887 (Co).
Ampliación edificio Alfonso XII, 32 : Francisco García Nava : 1927 (P) 1927-1929 (O).
Protección
No
Descripción formal
Promoción realizada por D. Andrés Gutiérrez sobre dos solares adjuntos de su propiedad, para los cuales encargó a Marañón la realización de dos edificaciones independientes, predominantemente residenciales, una en esquina y otra con gran fondo y fachada solamente a la calle Academia nº 10, cuya altura era idéntica, pero no el número de pisos, distribución interior y composición exterior, como todavía hoy se puede apreciar. Compartían también luces de un patio central, al que se adaptaba en U la primera, y de otro lateral o jardín, abierto a la calle Alfonso XII y cerrado con el segundo edificio por la parte posterior. Esta disposición favorece al de esquina, pues logra así tres frentes y una planta casi simétrica, según un eje central y ortogonal a la última calle, a lo largo del cual se dispone el acceso, la escalera y el gran patio interior. Consta de dos viviendas por nivel, incluso la baja con sus correspondientes tiendas, a diferencia de la casa de Academia nº 10, que solo tiene una. En ambas, las fachadas responden al estilo ecléctico del que Marañón hizo gala en el Barrio, compartiendo características del Neomudéjar con detalles ornamentales clasicistas, realizados en yeso. No obstante, resulta de mayor elegancia la de la calle Alfonso XII, por su basamento, constituido por pilares de piedra berroqueña, entre los cuales se abrían los huecos de los locales, y su chaflán, con un bello cuerpo de miradores de hierro y cristal. Precisamente sobre este edificio, los herederos del promotor, y aprovechando la mayor altura que cuarenta años más tarde permitiría la Ordenanza, encargaron al arquitecto García Nava su elevación con dos pisos más, el último retranqueado a segunda crujía, excepto los torreones que se asoman al chaflán y al ángulo de Alfonso XII con el jardín. Además, añadió una escalera de servicio, entramada vertical y horizontalmente de hierro, dividiendo el patio central y flanqueada por dos aseos, uno para cada vivienda. Al exterior, este Arquitecto mantuvo lo efectuado por su predecesor, menos en el piso cuarto que, tratado originalmente como una galería porticada, hubo que adaptar como transición a la ampliación, aun cuando se respetara la organización de los huecos y en general los materiales. Ahora su lenguaje es el de un tardío modernismo de raíces medievalistas, como demuestran los afilados chapiteles de los torreones, con el que consigue una perfecta simbiosis con el primitivo sin por ello las dos fases perder su autonomía, ofreciendo así una magnífica lección de intervención arquitectónica en un edificio anterior.
AG/F00766