Iglesia de San Nicolás de los Servitas

Aparece mencionada en el apéndice del Fuero de Madrid de 1202 como una de las diez ermitas que existían en el recinto amurallado.

Anterior a ese año es la magnífica torre mudéjar en ladrillo, que es la construcción más antigua que se conserva en Madrid.

La fecha de construcción, siglo XII, parece indicar que fue desde el principio torre de iglesia cristiana y no alminar de mezquita, como se ha venido creyendo.

Está parcialmente tapada por construcciones posteriores, pero se puede todavía ver la decoración de arquerías ciegas de arquillos de herradura y polilobulados.

El cuerpo de campanas rematado con un capitel es del siglo XVII.

La iglesia, que es pequeña, de tres naves irregulares y cabecera poligonal, presenta restos importantes de distintas épocas.

El ábside es gótico del siglo XV, con interesantes nervaduras; algo posterior, del siglo XVI, es la armadura de madera de par y nudillo que cubre la nave.

En la zona del presbiterio se conserva una puerta con yeserías mudéjares platerescas y un par de arcos ciegos de herradura apuntados y polilobulados, que en su día debieron estar abiertos.

Un gran arco de herradura apuntado separa la nave de la cabecera.

El cuerpo principal de la iglesia es consecuencia de una gran reforma realizada en el siglo XVII, cuando se construyeron las capillas laterales, la portada, las dependencias parroquiales y el remate de la torre.

Destacan sobre todo las capillas de San Nicolás, con cúpula oval, y la del Santo Cristo de Burgos.

Exteriormente responde a la típica arquitectura barroca madrileña, con cúpula y chapitel para las capillas y fachadas con acabados de ladrillo y cajones de mampostería entre verdugadas de ladrillo.

Destaca la portada de granito con molduras barrocas presidida por la imagen de San Nicolás, de Luis Salvador Carmona, obra de principios del siglo XVIII.

El edificio ha sufrido distintos avatares, entre ellos un incendio en 1912.

En 1825 se hizo cargo de ella la italiana Orden Tercera de los Servitas.

La restauración de Íñiguez Almech recuperó, entre otros elementos, la armadura de madera original y la reciente de Jaime Lorenzo ha recuperado espacios como la capilla de San Nicolás y ha abierto un patio para que al menos uno de los paños de la torre pueda ser contemplado en su totalidad.