Viviendas para D. Ruperto Jacinto Chávarri

Sobre un solar con tres frentes se levanta esta elegante edificación, organizada en cinco pisos más semisótano, destinándose primitivamente el bajo a cocheras y caballerizas y dos viviendas y los cuatro superiores a una sola residencia de notable superficie.

El acceso principal se produce por la calle de mayor relevancia, situándose el portal centrado y a su derecha la única escalera de tres tramos y ascensor hidráulico en su hueco.

Existía además otra entrada a cota inferior para carruajes, en la calle opuesta, que años más tarde, siendo propiedad de Dª Julia Batres, sería suprimida, transformándola en un hueco semejante a los restantes del nivel, con el fin de habilitar en esta zona una nueva vivienda para alquilar y ampliar el sótano.

En las plantas superiores, las habitaciones principales se disponen en una crujía paralela a las vías públicas, las más representativas hacia Antonio Maura, recorridas por un pasillo que nace en un gran vestíbulo, mientras que las de servicio se agrupan en torno a un patio de luces, separadas de la medianería por un secundario distribuidor.

Concebido como un volumen cúbico, aun perceptible en el ángulo de Alfonso XI con Méndez Núñez, su fachada principal fue alterada por el mismo arquitecto proyectista con la adición de un torreón, enrasado y central, regularmente integrado, el cual vino a suplir el frontón recto que coronaba el eje de la composición y las pilastras intermedias.

Las trazas del edificio son eclécticas, de inspiración neobarroca francesa, y siguen un orden muy claro y armónico, con algunas diferencias entre los pisos, alturas, balcones corridos, dinteles, en correspondencia con la categoría del ocupante.