Hotel Ritz
Fichas tomo 1
: Luis de Landecho Jordán de Urríes : 1908-1910 (O).
Edificio singular en el Barrio por su uso, fue construido sobre los terrenos que ocuparon el Teatro Tívoli y el Circo Hipódromo por la cadena hotelera inglesa "Ritz Development", quien encargó el proyecto al arquitecto francés Mewes, autor de los homónimos de la cadena en París y Londres, y la supervisión y "autorización" del mismo en España, así como la dirección de las obras, a Landecho.
Se trata de un volumen levantado sobre un solar irregular y con tres fachadas, una de ellas curva, para adaptarse a la plaza de la Lealtad, que es en donde se dispone su entrada principal.
Cuenta con ocho niveles: sótano, donde se sitúan la cocina y sus dependencias, comedores de servicio, despensas, bodegas y cuartos de instalaciones; bajo, destinado a "salones de recibo y descanso de viajeros, jardín de invierno, salón de fiestas, restaurant y comedores; cinco superiores para dormitorios y aseos; y sotabanco para los cuartos de la servidumbre.
Para la comunicación vertical se proyectó una gran escalera de tres tramos y solada de mármol, junto al acceso, y otra secundaria en el ángulo de las medianerías, así como varios ascensores y montacargas.
Las plantas superiores se distribuyen según un patio central y rectangular, de notables dimensiones, con crujías de habitaciones paralelas a sus lados y a las fachadas, siendo el suelo de aquel acristalado, lo que se aprovecha en la inferior para colocar el citado Jardín de Invierno.
Destaca además este nivel por su distinción, como se observa en el diseño del vestíbulo semicircular y en el hall cuadrado y columnado, con nichos en las esquinas, y su diafanidad, con espaciosas salas iluminadas desde el exterior y separadas por columnas.
Las fachadas son de líneas francesas, neobarrocas, con profusa decoración en proyecto, molduras enlazando verticalmente los huecos o guirnaldas, que debió ser depurada durante las obras por Landecho.
A pesar de que todo el conjunto goza de unidad y gran equilibrio compositivo, destaca en él el alzado a la Plaza de Cánovas del Castillo, hoy semioculto por un jardín, bien proporcionado y simétrico, flanqueado por torreones curvos rematados por cúpulas.