Parque del Buen Retiro

Este jardín público es en realidad aquel que embellecía el Palacio Real y Sitio del Buen Retiro, el que, junto con las edificaciones, fuera promovido por el Conde-Duque de Olivares a partir de 1632.

El embrión fue un jardín geométrico y un estanque alrededor de la Casa de S.M.

en San Jerónimo, al que se le irían adicionando otros a medida que se adquirían las fincas colindantes, por lo que el resultado, como el del paralelo conjunto palacial, sería fruto de la improvisación y la rapidez.

La principal intervención se produjo a partir de 1634 y hasta 1640, dando lugar a jardines formales próximos al Palacio y rodeados por un gran bosque.

Se observa en ellos la influencia centro italiana, pero se desconoce su autor, quizás por no ser el único, aun cuando se considera la supervisión de Crescenzi en el proyecto global y la participación de ingenieros, como el toscano Cosme Lotti, que había trabajado en los Jardines de Boboli del Palacio mediceo de Pitti en Florencia.

Su interior cercado quedó configurado por lagos, canales, estanques, fuentes, arboledas, jardines y huertas, paseos cubiertos y largas avenidas umbrías, juego de pelota, picadero, casa de fieras, pajarera, embarcaderos e incluso seis ermitas.

Una de las más importantes era la de San Pablo, inspirada en el Casino de Pió IV en el Vaticano.

Entre los jardines destacaba el Ochavado, junto al actual Parterre, éste proyectado en el reinado de Felipe V, según el gusto francés.

Interesante era también el Estanque Grande de 1634, prácticamente el único elemento que hoy sobrevive del jardín del siglo XVIII, cuya función era servir como depósito de agua para el riego y ser utilizado en espectáculos teatrales.

De él partían dos canales navegables, siendo el principal el del Mallo, que concluía en otro estanque polilobulado, en cuyo centro y en una isla se situaba la Ermita de San Antonio de los Portugueses.

El solar de ésta sería ocupado por la célebre Real Fábrica de Porcelana, fundada en 1760 por Carlos III, cuya noria ha sido restituida recientemente.

Tras la Guerra de la Independencia, quedó en estado de ruina y fue motivo de su reconstrucción y embellecimiento durante el reinado de Fernando VII, quién repobló el arbolado y construyó la Casa de Fieras y un embarcadero en el Estanque Grande, ejecutado por Isidro González Velázquez, donde hoy se halla el Monumento a Alfonso XII.

Tras la Revolución de 1868, el Estado cedió el Jardín del Buen Retiro al Ayuntamiento de Madrid, para recreo de sus habitantes, el cual inició su cerramiento, con verjas y puertas monumentales, renovó las edificaciones existentes y levantó otras nuevas, como la Casa de Vacas.

También lo adornó con fuentes y grupos escultóricos, como la original Fuente del Ángel Caído, obra de Ricardo Bellver de 1878 sobre el pedestal diseñado por Francisco Jareño, instaló construcciones ajenas, como la estufa del Marqués de Salamanca en La Rosaleda o las ruinas de la basílica de San Isidro de Ávila junto a la Montaña Artificial, y trazó nuevos paseos, como el de Coches o Carruajes en 1872, a propuesta del Duque de Fernán Núñez y siguiendo el itinerario del Canal del Mallo.