Gimnasio de la Chopera del Retiro

El complejo deportivo municipal La Chopera, área de actividad vecinal situado al suroeste del Retiro y construido en 1960, se somete a la renovación de sus diversas instalaciones deportivas, pistas de fútbol, canchas de tenis, baloncesto y gimnasio al aire libre, unas de las más antiguas madrileñas, con la construcción de un nuevo pabellón polideportivo que albergue la oficina del servicio deportivo del distrito.

El proyecto ganador del concurso pasa desapercibido en la inmensidad del antiguo solaz real, asentándose discretamente en uno de sus bordes junto a los espacios deportivos preexistentes y emergiendo como una edificación aislada, de mínima escala y presencia casi invisible, que interactúa con el arbolado que lo rodea y con su contexto cercano.

El edificio se genera a partir de una plataforma rectangular elevada tres metros sobre el nivel del suelo por medio de una serie de pórticos de acero y un foso excavado de hormigón de cuatro metros de profundidad, con una distribución programática sencilla de reminiscencias sotianas: un gimnasio semi-enterrado de doble altura en el lado oeste frente al cual, y agrupados en una superficie menor, se acondicionan vestuarios y almacenes inferiormente, y oficinas municipales en el nivel de acceso.

Mediante un corredor transversal que atraviesa el prisma rectangular se accede a los distintos usos, conduciendo a las pistas exteriores.

A su vez una escalera metálica exterior en el flanco sur conduce hasta la pista de tenis y el circuito gimnástico al aire libre.

Una hilera de árboles en el exterior y un panelado traslúcido de vidrio cierran el prisma, iluminando cenitalmente el vaso y creando una banda continúa de luz tamizada sobre la que flota la azotea, protegida por paramentos de malla metálica, andamiaje para un futuro muro vegetal de trepadoras, en una interpretación abstracta de los jardines tradicionales de setos y trillajes, composición orgánica y artificial y pixelado de tonos verdes y grises.

Esta construcción estándar y de sencillo programa, se despoja así de cualquier complejidad formal haciendo su presencia evidente desde la discreción.