Colegio de Nuestra Señora del Pilar. Padre Marianistas
Fichas tomo 2
Padres Marianistas.
Antigua Fundación de la duquesa de Sevillano
Ampliación pabellón : Luis Moya Blanco : 1959 (P) 1959-1960 (O).
Fundación de Dª María Diega Desmaisières y Sevillano, duquesa de Sevillano, para recoger a ochenta niñas pobres, donde habrían de recibir enseñanza superior de institutriz, maestra o directora de talleres.
Este Colegio-Asilo no pudo ser inaugurado para cumplir su cometido al fallecer ab intestato la promotora, adquiriéndolo entonces los religiosos de la Compañía de María con el fin de destinarlo, realizando algunas obras de adecuación, a externado masculino en el que desarrollar sus innovadores métodos pedagógicos.
El volumen se ubica en el centro de una de las manzanas del Ensanche y tiene planta orgánica y simétrica, configurada por pabellones unidos con galerías acristaladas, entre los que destaca la capilla, en posición centralizada, traza neogótica de tres naves y ábside semicircular, con su acceso independiente por la calle Príncipe de Vergara.
Aislados se situaban tres pabellones más, para escuela pública, portería, con entrada por Castelló, y enfermería de infecciosos.
Al interior destacaba por la suntuosidad de muchas de sus piezas, especialmente el salón de actos, transformado por los Marianistas en capilla para adultos, y el comedor, ambos en el piso principal, de doble altura y con una galería volada para visitantes.
Al exterior sorprende la belleza y riqueza arquitectónica de sus líneas goticistas, exigidas por la promotora, donde se combina la sillería de piedra blanca y la mampostería, pero interpretadas con detalles modernistas.
Con fachada a la calle Don Ramón de la Cruz, Moya planteó en 1959 la ampliación del Colegio del Pilar con un volumen de escaso fondo y cuatro niveles, necesario para las instalaciones deportivas, situadas en el inferior, aulas y habitaciones de profesores y despachos, distribuidas en el resto.
Su intervención se caracteriza por la distinta composición de sus frentes mayores, el de la calle respetuoso y discreto, para no competir visualmente con la edificación primitiva, y con mínimos pero numerosos vanos, a modo de muralla protectora, y el del patio ligero y abierto, inspirándose aquí en las casas de corredor.
ANÍBAL ÁLVAREZ, Manuel: Colegio de Institutrices, Arquitectura Española, nº 2, 1923
GALLEGO RAMOS, Eduardo: El nuevo Colegio de los Marianistas en Madrid, La Construcción Moderna, nº 8, 30-V-1921, pp. 82-85MOYA BLANCO, Luis: Nuevo pabellón para el Colegio del Pilar en la calle Castelló, nº 56 (1959). Madrid, Arquitectura, nº 229, marzo-abr. 1981, pp. 53-56