Tres edificios de viviendas para Dª Manuela Rodríguez-Arias

Elegante y monumental conjunto destinado a viviendas en renta para la burguesía, el cual fue promovido por Dª Manuela Rodríguez-Arias, viuda de Rodríguez Yagüe, sobre un solar rectangular y dividido en tres casas, siendo una de ellas, la más próxima a la calle de Alcalá, de distinta superficie y menor.

Esta determinación condicionó el proyecto de Mathet, quien concibió dos de los inmuebles idénticos, Velázquez 14 y 16, aunque compartiendo con el tercero las mismas siete alturas, las soluciones constructivas y el lenguaje arquitectónico del alzado, de influencia neobarroca francesa, como se observa en las mansardas, torrecillas, guarniciones de huecos, almohadillados, etc.

La composición de la planta, en cambio, se distingue por su claridad y racionalidad, huyendo de los trazados curvos y de la multiplicación de rincones y piezas estrechas, habituales entonces en este tipo de residencias burguesas, lo cual supone una contradicción formal entre el plano horizontal y el vertical.

Las dos casas iguales se organizan según un eje central en el que se encuentra el distinguido portal, decorado con pilastras y leones en los flancos de la escalinata, la escalera principal de tres tramos, con ascensor en su ojo, el patio rectangular y la escalera de servicio al fondo.

Se distribuyen en dos viviendas por nivel, a la vez divididas en sector noble, hacia el frente, y de servicio, iluminado y ventilado éste por el patio central, más cuatro menores perimetrales.

El edificio de Velázquez nº 12 sigue una distribución similar, pero con acceso lateral, a cuya izquierda queda la escalera principal y de frente el paso al garaje, y está constituido por una sola vivienda en cada piso.

Precisamente, esta atípica solución le valdría a la última casa, parte diferenciada del conjunto, el Primer Premio del Ayuntamiento de Madrid al mejor edificio de viviendas construido en 1918, lo que no fue óbice para que, con posterioridad, sufriera la ampliación en altura con un piso más sobre la mansarda, perturbando su volumen original, aun cuando, afortunadamente, en gran parte se mantenga su imagen, al igual que la de los otros dos.