Colegio Público Nuestra Señora de la Almudena

Fruto del análisis que realiza la Oficina de Información de la Ciudad en 1929, la Junta Mixta para las Construcciones Escolares en Madrid elabora en 1930 un plan para atajar el grave déficit de plazas escolares, teniendo como interlocutores a Antonio Flórez, director de la Oficina del Estado, y a Bernardo Giner, responsable de Construcciones Escolares del Ayuntamiento.

Los primeros proyectos se ponen en marcha en enero de 1931 con presupuesto municipal.

Con la proclamación de la República, en abril de 1931, se aprueba el Plan 1931-32, asumiéndose el iniciado por el Ayuntamiento.

Comprendía la construcción de 18 Grupos Escolares: Lope de Rueda (hoy Nª.

Sª.

Almudena), Tomás Bretón (demolido h.

1990), Rosario de Acuña (C.

Cultural San José de Calasanz), Blasco Ibáñez (desaparecido), Pablo Iglesias (Isabel la Católica), Amador de los Ríos, Marcelo de Usera, Tirso de Molina (Ermita del Santo), Joaquín Dicenta, Claudio Moyano, Joaquín Sorolla (Rufino Blanco y Escuela de Biblioteconomía), Francisco Giner (Centro Andrés Manjón-UNED), Emilio Castelar, Alfredo Calderón (Padre Poveda), Nicolás Salmerón (C.

Cultural Chamartín), Leopoldo Alas, Miguel de Unamuno y 14 de Abril (Calvo Sotelo).

Se inauguran en 1933 por el presidente de la República, Alcalá Zamora, los días 11 de febrero (cinco, con 47 clases para 2.600 niños, entre ellos el Lope de Rueda), 14 de abril (siete, para 5.000 niños) y 6 de noviembre (ocho, dos ya del plan de 1932, con 5.750 plazas).

De este plan la mayoría permanece actualmente en uso.

El Lope de Rueda, por su situación entre medianerías y por su menor tamaño, es uno de los más singulares.

Se adosa a las medianerías dejando un patio de recreo abierto a fachada que da luz a las aulas, servidas por amplias galerías, a través de grandes huecos.

Las escaleras y zonas de servicio se sitúan al fondo, sobre patios de luces medianeros.

En planta baja organiza los servicios generales, comedor, cantina, recreo cubierto y vivienda para guarda en pabellón independiente; en planta primera tres grados para párvulos, y en cada una de las otras dos plantas tres grados para niñas, además de despachos, aseos, biblioteca y sala de lectura.

La cubierta sirve de recreo.

Se trata en conjunto de una arquitectura funcional y desprovista de elementos decorativos, por lo que este colegio es el más próximo en imagen al racionalismo, alejado estéticamente de los modelos iniciales de Flórez que Giner sigue en otros proyectos.

Los aleros son sustituidos por cornisas sin moldurar, las fabricas de ladrillo por paramentos enfoscados, las cubiertas inclinadas por planas, permaneciendo la esencia tipológica: grandes huecos, tamaño y disposición de las aulas y orientación.