Grupo de viviendas del Banco Urquijo

Se trata de uno de los primeros ejemplos de conjuntos de vivienda social de la Posguerra realizados por una entidad privada, lo que explica que en él se eludan algunas de las pautas reduccionistas en materiales y medios, características de otros grupos protegidos desarrollados por organismos públicos, aun cuando se acogió a la clasificación en turno preferente en el suministro de aquellos y a las bonificaciones tributarias que ofrecía el Instituto Nacional de la Vivienda.

Fue promovido por el Banco Urquijo, propietario de los terrenos y a instancia de su presidente D.

Estanislao de Urquijo y Ussía, Marqués de Urquijo, con el fin de construir 104 viviendas para sus empleados, cuya superficie, de 58 a 105 m2, y programa venía determinado por la categoría de los futuros usuarios.

Atendiendo a las normas marcadas por el Ayuntamiento en 1946, los bloques se disponen linealmente en el solar, rodeando el reservado para la nueva Iglesia Parroquial de la Sagrada Familia, que habría de levantarse en 1948, separándose de la edificación colindante mediante un jardín y adaptando sus plantas a una calle o patio interior en L, que enlaza la de Antonio Toledano con la de Peñascales.

En ese espacio abierto se sitúan, además, los portales, con su escalera independiente que da acceso a dos o tres viviendas por planta, organizadas según criterios de soleamiento, al mediodía los cuartos de estar y dormitorios, de claridad y sencillez constructiva.

Criticada ya en su momento la composición exterior del conjunto por su caduco lenguaje neoherreriano, plagado de elementos ornamentales barrocos y afín a los modelos imperiales del Régimen, fue justificada por su autor como el intento de hermanar la economía, la perdurabilidad, la arquitectura tradicional y la imagen del banco promotor, alejándose del "camino modernista" que irresponsablemente no se apoya en "nuestra concepción religiosa y filosófica".

En cualquier caso, el resultado fue el de un conjunto residencial digno, armónico y agradable, caracterizado por su gran privacidad y su apertura hacia el interior.