Tres edificios de viviendas

: Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz: José Ortega y Gasset, 26: 1964 (P) 1964-1968 (O); José Ortega y Gasset, 14: 1965 (P); Velázquez, 89: 1965 (s.i.).

Responden estas tres casas a unos mismos condicionantes en función de su emplazamiento, una zona lujosa, su programa, residencial, y su destino, para las clases económicamente acomodadas, además de ser consideradas por su autor, junto con otras similares que realizó en la misma época y en distintos barrios aristocráticos de Madrid, como "un solo proyecto en fase evolutiva".

Acusado de constante repetición de un tipo de gran esteticismo formal, en el cual las fachadas envolvían plantas convencionales, supuestamente de poco interés, lo cierto es que Ruiz de la Prada supo dar una respuesta correcta, medida y de gran calidad de ejecución y diseño a las exigencias comerciales.

Por otra parte, las plantas se desarrollan orgánicamente en función de la necesidad, ajustadas a un perímetro regular, y presentan gran variedad dentro de un mismo edificio, lo que da lugar a distintos tamaños y posición de huecos, cuyo desorden no afecta al exterior, gracias a unas fachadas flexibles con terrazas corridas que los absorben, cuyos petos ocultaban igualmente las diferencias entre alturas de piso.

Lamentablemente estas ideas se han visto alteradas con el cerramiento de muchas de éstas terrazas, muy evidente en el edificio de la calle de Velázquez.

En cualquier caso, las viviendas de Ruiz de la Prada, originales y bien realizadas, no nacieron desde la preocupación urbana, pero su impronta sobre las zonas en las que hoy se asientan es innegable.

AMANN, Eduardo: La arquitectura de lujo de Ruiz de la Prada, El Inmueble, nº 4, mayo 1966, pp. 13-20