ARQUITECTURA DE MADRID

Viviendas para el marqués de Cubas

Fichas tomo 2

Posición en mapa
Fecha
1895
Resumen histórico arquitectonico

: Francisco de Cubas y González-Montes (marqués de Cubas) : 1892 (1º P) 1895 (2º P) 1895 (Co) : Francisco de Mendoza - Cubas : 1895-1896 (O).

Protección
No
Descripción formal

Promoción particular del arquitecto Marqués de Cubas sobre un solar de su propiedad, la casa estaba destinada al arrendamiento, con dos viviendas en cada uno de los cuatro niveles superiores y una en el bajo, complementada con un semisótano.

Realizado un primer proyecto en 1892, al que se renunció al año siguiente por su falta de rentabilidad, el edificio final responde a un segundo fechado entre junio y julio de 1895, manteniendo una fisonomía exterior similar, pero orientada su distribución interior a proporcionar un más cómodo albergue a los vecinos e introduciendo una cochera, cuadras y habitaciones para la servidumbre, con su acceso independiente desde Lagasca, que habría de estar asociada a la vivienda del nivel inferior.

La planta se organiza según un eje transversal a la calle de Jorge Juan, central y coincidente con la entrada, a lo largo del cual se desarrolla el portal, la única escalera, que demuestra que su fin no era la alta burguesía, sino la media, y el gran patio rectangular, al que complementan otros dos perimetrales.

A lo largo de las crujías exteriores, Cubas dispondría las salas, gabinetes, dormitorios y hacia el interior las cocinas y cuartos de criados.

Superada ya en esta época la identificación de la arquitectura doméstica de ladrillo o neomudéjar con las clases populares, el Arquitecto opta por unas fachadas compuestas hasta en sus más mínimos detalles decorativos con este material, con un tratamiento muy interesante que aporta al edificio su principal valor.

Así se resaltan las líneas de imposta o las jambas, siendo excepcional la utilización del yeso en algunos adornos, aunque en este caso se pinten al óleo imitando el ladrillo.

Solo el obligado basamento de piedra, el alero de madera y los miradores acristalados de los extremos y el chaflán rompen la monotonía de unos paramentos resueltos con tanta severidad y neutralidad.