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Dentro del Ensanche Salamanca, se desarrolló un sector al Norte, en las inmediaciones de las calles José Ortega y Gasset y Juan Bravo, que se conocía como Barrio de Lista, el cual estuvo configurado por palacetes y hoteles construidos por la aristocracia entre 1900 y 1915.

Mayoritariamente inspirados en la Belle Epoque europea, no quedan hoy más que algunos exponentes como éste, promovido por D.

Basilio Avial y Peña, cuya particularidad es su temprana fecha, tres años después del de D.

Ramón de Nocedal, que sirvió de aliciente y precedente para los que inmediatamente se habrían de edificar.

De trazas sencillas, tiene planta cuadrada, con chaflán curvo y torreón avanzado en el ángulo opuesto, hacia el jardín, el cual encierra la escalera de servicio y está coronado exteriormente por una empinada cubierta de traza francesa.

Consta de cuatro niveles: semisótano para cocina, lavadero, despensas, bodega y accesorios; bajo con vestíbulo, despacho, comedor y salones; y principal y segundo para dormitorios de los propietarios y sus sirvientes, respectivamente, organizados los tres últimos alrededor de un patio central, cubierto con armadura de hierro y cristal y recorrido por galerías.

El acceso no es directo a la calle Lista, actual José Ortega y Gasset, sino lateral, a través de un paso para carruajes descubierto, como se observa en casi todos los palacetes próximos, espacial y temporalmente.

Superada una escalinata, protegida por una marquesina, se ingresa en el hall, a cuya izquierda queda la gran escalera de dos tramos, con luces al exterior por una gran cristalera y solo útil para comunicar los pisos bajo y principal, la cual fue proyectada por Pascual Herráiz., posiblemente durante la ejecución.

Al fondo del solar, con frente a la calle de Velázquez, se situaba el pabellón de cocheras, de planta en L y dos niveles, con cuartos para la servidumbre, panera y pajera.

Aunque al exterior hay referencias al Neobarroco francés, como en la citada cubierta, sus líneas son menos ampulosas, predominando en la composición la desnudez del ladrillo visto, con adornos de cemento y aleros de madera, decorados y pintados.