Hoteles promovidos por D. Darío de Regoyos

Antiguas residencias de D.

Darío de Regoyos, D.

Francisco Serrano y el Conde de Peñalver

Ambos edificios, de aires romántico-eclecticistas, son la herencia mínima de un conjunto de hoteles de similar factura construidos por el mismo arquitecto en varias manzanas del barrio.

De dos plantas sobre semisótano, composición clasicista más acusada inicialmente en Rey Francisco, 8, cubierta en terraza con balaustre, y uno o dos cuerpos laterales bajos con sendos portones de acceso, el de esquina se amplió con la construcción sobre el jardín de un nuevo cuerpo de dos plantas en la primera crujía, y más adelante, quizá en 1923, como figura en fachada, sufriera la segunda ampliación en su otro borde.

Pese a las modificaciones, pervive su porte afrancesado en el ornamental recercado de los grandes huecos y en la rejería, sobre todo en la breve balconada corrida de la calle Tutor.

Su refinado aire palaciego contrasta con Rey Francisco, 8, muy transformado en los años cuarenta con cambios de volumetría y nueva cubierta inclinada de pizarra con buhardas a modo de troneras, que, junto a dejes de nostálgica decadencia, le confieren enigmática y singular presencia en su entorno.