ARQUITECTURA DE MADRID

Conjunto residencial Las Islas

Fichas tomo 3

Fecha
1979
Resumen histórico arquitectonico

Miguel Oliver Pérez: viviendas: 1979 (Fo); oficinas: 1982-1983 (O)

Protección
No
Autores
Descripción formal

Este solar tiene historia en la Ciudad Lineal, pues sobre él se inauguró en 1913 el Velódromo de la misma, arrendado en 1924 como campo de fútbol al Real Madrid, que lo utilizó directamente hasta que en 1945 fue vendido a la compañía de seguros Plus Ultra, patrocinadora del equipo homónimo filial del anterior; por último, ésta lo revendió en 1977 a una inmobiliaria del grupo Bancaya, que construyó las viviendas finalizadas en 1979 que hoy contemplamos sobre el mismo.

El conjunto residencial se compone de seis edificios, concebidos como pequeñas torres de cuatro plantas rodeando un jardín, que agrupan cuatro viviendas de dos tipos alternos en torno a una escalera central de cuatro tramos que va dando acceso a un piso por cada rellano, dando lugar así a una disposición helicoidal de las viviendas que se independizan en planta sin que existan otros puntos medianeros entre ellas que las zonas de servicio y los vestíbulos, cada uno de los cuales incorpora un ascensor.

Esta planta en esvástica recuerda a la de Torres Blancas de Sáenz de Oíza, aunque aquí el giro se produce tanto en el plano horizontal como en el eje vertical, y se manifiesta al exterior en unas fachadas fracturadas por pliegues verticales que individualizan con gran cuidado las bandejas horizontales de terrazas y las visuales entre viviendas, envuelto todo en un excelente revoco blanco que homogeiniza el conjunto y le da ese aspecto que Pedro Navascués comenta como "mediterráneo", quizá en alusión a las semicúpulas de las torres de vestíbulos, pero que en realidad tiene una raigambre orgánica con vocación racionalista cercana a la obra de otro arquitecto de la misma generación, como es Andrés Perea.

En el lado de la manzana que da a Arturo Soria, construye Oliver tres años después tres edificios de oficinas con envolvente de hormigón y vidrio, en los que destaca el alarde constructivo del hormigón tallado, sin juntas ni fisuras, que se cuelga de los forjados mediante placas que admiten las dilataciones del material.