Viviendas en dos manzanas

Con una contigüidad de esquina a esquina, estas dos manzanas se realizan con un año de diferencia para dos sociedades cooperativas de viviendas: la de la calle Persuasión, para Covicentro, y la de la calle Derechos Humanos para Covisur.

En ambas está muy presente tanto la economía constructiva como la recuperación de la manzana cerrada, que da lugar en su interior a un garaje centralizado sobre el que se implanta un jardín particular.

Son manzanas pequeñas y de forma irregular: la primera es casi triangular y la segunda tiene cortado uno de los vértices del rectángulo.

También tienen en común una movida topografía en pendiente hacia el Oeste y la presencia imponente de la Central Telefónica de Julio Cano Lasso, que hace frente a las dos manzanas por sus lados Este y Sur.

Son dos ejercicios desarrollados con un gran conocimiento de la construcción de viviendas colectivas, lo que se advierte en unas plantas sin patios de luces, ajustadas y lógicas, que en la primera manzana tienen hallazgos como el del estar-comedor-cocina de tres piezas que se pueden unir o separar mediante paneles correderos, y en la segunda muestran una organización en dúplex muy bien estudiada para conformar tres tamaños de vivienda con similares condiciones.

En ambas actuaciones está también presente el clima cultural de ese momento de revisión de la modernidad, lo que se manifiesta con claridad en la manzana 1, diseñada bajo el impacto que en el autor causó la Casa 1 de Aldo Rossi para la IBA de Berlín, que él mismo reconoce apostillando que "de su recurso estético, sobrio y amable, quedó impregnado el exterior del edificio".

La traducción del lenguaje rossiano es casi literal en esta obra, y se hace con gran habilidad, de forma que el conjunto de seis bloques prácticamente iguales da lugar, mediante pequeñas variaciones y un zócalo unificador de tiendas y accesos a garajes, a una visión global de "castello" tallado en ladrillo, con fuertes contrastes de luz y sombras, y en la que el lenguaje de moderados huecos cuadrados y balcones de aspas sólo acentúa de forma epidérmica la presencia masiva del objeto arquitectónico.

La segunda manzana tiene también connotaciones rossianas, sobre todo en su espacio interior de muros horadados por huecos cuadrados que evocan esos paramentos de las viejas ciudades medievales, desnudos y trabajados por el tiempo, pero en la envolvente exterior se impone una brutalidad expresionista de salientes y huecos profundos que marcan las galerías de acceso a las viviendas, colocadas con atrevimiento y sentido práctico al exterior, y sobre todo las torres de escalera y ascensor de las esquinas, que se ofrecen a la calle como gigantes esculturas urbanas.

En respuesta al corte que la calle da a la manzana, este edificio también se corta en dos afiladas aristas, que recogen y a la vez abren las vistas del patio interior.