Grupo Francisco Franco

El Grupo Francisco Franco, promovido por la Obra Sindical del Hogar con 1.978 viviendas, se inscribe dentro de un plan más amplio, que comprende otras tres supermanzanas en la acera opuesta de la calle Hermanos García Noblejas.

Pero mientras éstas todavía se atienen al modelo de viario establecido por la Compañía Madrileña de Urbanización para su frustrada prolongación de la Ciudad Lineal, en el caso que nos ocupa se pudo crear un viario irregular formado por calles curvilíneas, proyectadas por la Comisaría de Ordenación Urbana de Madrid, que definen tres manzanas irregulares, aparentemente mejor adaptadas a una urbanización de bloques exentos de diferentes alturas y tipologías, aunque hoy cueste entender cuales fueron los condicionantes de acceso, ventilación o soleamiento que influyeron en su distribución.

Así, en los bordes sur y occidental de las manzanas meridionales se levantan bloques de diez pisos de altura, con ocho viviendas de dos y tres dormitorios por planta, dispuestos aleatoriamente en direcciones contrapuestas dejando grandes espacios libres entre ellos; mientras que el límite nordeste de las mismas manzanas aparece ocupado por doce bloques de sólo cuatro alturas agrupados de cuatro en cuatro, y dispuestos perpendicularmente a la vía curva de acceso, por lo que van variando en su orientación.

En cambio, la manzana nororiental está dominada por una torre de quince plantas de altura con planta en "T" que alberga 90 viviendas de renta reducida, y que debía servir de fondo perspectívico a la principal vía de acceso, pero que resulta minimizada al ocupar una cota inferior a la de los bloques antedichos tras la que se desarrollan otros siete bloques, de doble crujía con patios intermedios.

Como en otros conjuntos dirigidos por Cabrero en estas fechas, la construcción se realiza con estructura de hormigón vista que dibuja una retícula sobre los entrepaños de ladrillo, aunque en los edificios de menor altura se sustituye por muros de carga.

En la actualidad todos los edificios han sido revestidos con morteros monocapa, que han resuelto los problemas de aislamiento y degradación del ladrillo pero no han tenido en cuenta el sentido estético, directo y constructivo de la atractiva configuración original de las fachadas, ya muy afectada por el cierre de balcones con la consiguiente sustitución de petos , así como de las galerías y escaleras de acceso.