Antigua Escuela de Maestría Industrial y Escuela de Ingeniería Técnica Industrial

En 1964, Moreno Barberá recibió el encargo de construir junto al límite suroriental del Gran San Blas, en una parcela destinada a equipamientos públicos, una Escuela de Maestría Industrial que sirviese para proporcionar la adecuada formación profesional a los jóvenes de un barrio eminentemente obrero.

Para resolver el extenso programa previsto optó por levantar un edificio de una sola planta, muy extenso, dividido por el vestíbulo en dos mitades: la de la derecha, de carácter docente, se organiza en torno a un gran patio ajardinado que además de al vestíbulo citado da luz a seis aulas teóricas y a un pasillo que las rodea separándolas de los laboratorios de química y física, de la biblioteca y de otras cuatro aulas similares, que se adosan a las fachadas exteriores para obtener luz y ventilación; mientras que la mitad de la izquierda se subdivide en un área administrativa junto a la fachada principal con las oficinas y las salas de profesores distribuidas en torno a un segundo patio de menor tamaño , y otra de servicios comunes, con la cantina comedor y el gimnasio con su vestuario junto a la fachada trasera, tras la que se levantan las grandes naves de talleres, planteándose el aula magna como un edificio casi exento adosado a la fachada lateral.

La construcción se realiza con estructura metálica vista, que dibuja su retícula sobre los empanelados de vidrio siguiendo la estética de la obra americana de Mies van der Rohe característica del Estilo Internacional, aunque la jardinería del patio con su planta sinuosa refleja la influencia del brasileño Burle Marx.

Cuatro años más tarde, el mismo arquitecto tuvo que levantar en el solar contiguo la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, que distribuyó en tres edificios claramente diferenciados: un primer cuerpo de administración de dos alturas enlazado por el vestíbulo de acceso con un gran edificio rectangular dedicado a aulas, que se conecta a su vez con las naves de talleres, al fondo del solar; siendo el cuerpo central el más interesante, al estar distribuido en torno a un gran patio de operaciones cubierto de seis plantas de altura, iluminado cenitalmente mediante claraboyas de plástico ambarino apoyadas sobre un casetonado de vigas de hormigón de gran canto que forman una retícula ortogonal.

Las aulas se alinean en los lados mayores del rectángulo; mientras que las escaleras dobles de dos tramos por planta, entrecruzados creando "X" ocupan los testeros.

En cuanto a los recursos constructivos, exteriormente son similares a los del edificio anterior, aunque en el interior domina la pesantez del hormigón frente a la ligereza del hierro.

En la actualidad, y a pesar de haber cambiado su uso a Instituto de Enseñanza Secundaria y Escuela Universitaria de Óptica, respectivamente, se conservan en buen estado y constituyen una muestra poco conocida de la mejor arquitectura de su momento.