Iglesia parroquial Encarnación del Señor
Fichas tomo 3
Manuel Ruiz de la Prada y Muñoz de Baena, José Gómez Mesa y Gerardo Zaragoza (esc.): 1961 (Fo)
En el solar más destacado del Barrio I de San Blas, en la esquina noroccidental formada por las calles de hermanos García Noblejas y Emilio Muñoz, se levanta este complejo religioso destinado a dar servicio tanto a sus habitantes como a los moradores de los barrios vecinos.
Se realiza con el mismo sentido unitario que identifica a todo el barrio y el mismo repertorio constructivo en base a ladrillo visto y zócalos y líneas de remate en piedra de Colmenar, con los mismos despieces y calidades que los edificios de viviendas.
El volumen es rotundo y prismático, sólo roto por pequeños mechinales bajo la línea de cornisa y por las vidrieras laterales de cristal prensado, que producen un plegado rítmico de la envolvente para recoger las luces en dirección al altar.
Sobre esta caja principal de la nave, que tiene un sentido horizontal, se macla en vertical otro prisma de ladrillo que configura una monumental portada a modo de imafronte, dominada por un pórtico con cuatro pilastras de granito embebidas en el muro, que parece ser deudora de la arquitectura fascista italiana, así como de las propuestas Art Decò tardío de la Exposición de París de 1937.
El interior, con claro sentido escenográfico, prolonga este carácter monumental en una planta de salón formada por tres naves virtuales, pues no existe separación alguna entre las laterales y la central, que sólo se distingue por su mayor longitud y altura, así como por un superior énfasis decorativo, con el techo artesonado y un gran mural pictórico tras el altar mayor, que "levita" a modo de retablo ante una escenográfica candileja de luz artificial.
Igualmente escenográfico es el recurso a la iluminación natural de las vidrieras replegadas, que arranca dramáticas sombras al monumental viacrucis en bajorrelieve, labrado por el escultor Gerardo Zaragoza, que se despliega sobre las filas laterales de los confesionarios.
En otros volúmenes secundarios, que se desgajan del principal de la nave, se encuentran el baptisterio con su linterna ochavada rodeada de vidrieras coloreadas y las dependencias parroquiales, salones y aulas.
En su conjunto es un centro de inusual calidad compositiva y constructiva, incluso en su implantación urbana y ajardinamiento, que muestra un aceptable estado de conservación y con escasas alteraciones.