Unidad Vecinal de Absorción de Hortaleza

Este barrio nació como resultado de un decreto de 6 de Abril de 1961, por el que se autorizó al Instituto Nacional de la Vivienda a construir 30.000 viviendas en cinco años para acabar con el problema de la infravivienda en la capital, que según un censo de 1960 arrojaba la cifra de 300.000 chabolas diseminadas por toda la periferia de la ciudad.

El problema era tan acuciante que se optó por resolver de forma transitoria la situación de aquellos casos de mayor urgencia, mediante la construcción de seis polígonos propuestos por la Comisaría de Ordenación Urbana de Madrid.

La realidad es que la industria de la construcción en España no podía dar en aquel momento una respuesta rápida y fiable al problema planteado, con lo cual los intentos de hacer una prefabricación recuperable llevaron a un tipo de vivienda que escasamente cumplía estándares de confort aceptables, y cuya estética estaba totalmente condicionada por la economía.

En el caso de la U.V.A.

de Hortaleza se asumió este problema desviando la provisionalidad hacia los habitantes en lugar de hacer móviles los habitáculos.

La intención fue entonces la de hacer una construcción permanente con materiales tradicionales, para alojar temporalmente a las familias chabolistas hasta que pudiesen tener acceso a una vivienda fija en condiciones, dejando el lugar disponible para otras familias con necesidad urgente de alojamiento.

A pesar de estas intenciones, las viviendas acabaron haciéndose definitivas, desmintiendo su calificación de provisionales.

El coordinador del proyecto fue el arquitecto José Eugenio Alba Carreras, y Becosa fue la empresa constructora que levantó el conjunto.

La propuesta consistió en la creación de unas 1.100 viviendas sobre un polígono de 107.168 m2 de superficie, que ocupaba un terreno situado al noroeste del casco urbano del pueblo de Hortaleza, con fuerte pendiente orientada hacia la Sierra de Madrid.

Se realizó durante el año 1963, y el proyecto incluía además la guardería, el centro asistencial médico, las escuelas, el edificio de administración, una casa de baños, la iglesia y casa parroquial, la urbanización y algunos locales comerciales.

En la actualidad, de este conjunto que en 1969 fue premiado por la UIA, el IVIMA ha demolido una parte para sustituirlo por torres y bloques, aunque todavía se conservan la manzana central, y los sectores del lado oeste.