Iglesia parroquial Jesús Divino Obrero
Fichas tomo 3
Manuel Suárez Varela: 1970 (P) 1971-1972 (O)
Este conjunto se realizó atendiendo las directrices del Concilio Vaticano II, y está formado por un claustro porticado en torno al que se distribuyen la iglesia, los despachos, y el salón y la vivienda parroquiales, que tienen acceso por aquél, renunciando así a la monumentalidad de una fachada frontal para la iglesia, y confiando el carácter singular de su uso a un muro escultórico de ladrillo que se remata en un cuerpo de campanas a modo de espadaña, en lugar de la tradicional torre.
La iglesia presenta una planta casi cuadrada, como corresponde a un lugar de congregación más que de predicación, donde la disposición de una cubierta a dos aguas que se eleva hacia el altar mayor establece la obligada direccionalidad, que se ve reforzada mediante una sobreelevación del falso techo en el eje central, que culmina en un gran lucernario que proyecta su luz cenital sobre el presbiterio, presidido por un crucifijo que se recorta sobre un muro desnudo, enfoscado en blanco y levemente inclinado para destacarse sobre los paramentos laterales de ladrillo.
Y es en el hábil manejo de este último material donde residen las mejores cualidades del edificio, como en el muro perimetral que se rasga y se deforma en superficies parabólicas para crear unas rendijas triangulares cubiertas por vidrieras de hormigón, que dan a la nave su ambiente recogido y misterioso.