Edificio para Control de Datos Madrid
Fichas tomo 3
José Javier Galante Terrer: 1996 (P) 1996-1998 (O)
La solución adoptada en este edificio vino condicionada tanto por las singulares características del solar, como por las especiales necesidades de sus ocupantes.
El problema de una parcela con mucho fondo y escaso desarrollo de fachada se resolvió mediante un callejón privado al Sur que separa el nuevo volumen de las naves preexistentes, para crear a lo largo del mismo una nueva fachada de gran desarrollo con adecuado soleamiento y ventilación de las oficinas, permitiendo simultáneamente que gocen de vistas sobre el paisaje circundante.
Además, por estar destinado a una empresa dependiente de la ONCE, se preveía la presencia de numeroso personal discapacitado, con las consiguientes dificultades de evacuación en caso de emergencia, lo que forzaba a desarrollar el programa en el menor número de alturas posible.
De este modo, se enterró el espacio de almacén y los aparcamientos -atendidos por escasos trabajadores, no discapacitados- aprovechando al máximo la superficie de las plantas sobre rasante, que se retranquean para crear terrazas hacia el mediodía.
Esta disposición permitía mejorar el soleamiento y adaptar la fachada de la calle Rufino González a la diferente altura de los edificios laterales, resolviendo mediante un parasol de chapa de aluminio microperforada con sección en arco de círculo el control de vistas desde el exterior y el exceso de la luz solar.
Una solución similar de lamas perforadas se aplica a la fachada oeste con el mismo objetivo, mientras que hacia la calle, al Este, se instalan grandes lamas basculantes -una por ventana- que actúan a modo de persianas.
Esta presencia de fuertes condicionantes se resuelve con ese claro gesto, y con una cuidada construcción, que dan presencia e interés al edificio en su entorno y trascienden lo que habría supuesto cualquier respuesta meramente utilitaria.