Oficinas
Fichas tomo 3
Alejandro Pérez Lastra y Nicolás Rodríguez Hernández: 2002 (P) 2002-2004 (O)
A pesar de su aparente sencillez -o quizás como consecuencia de la misma- este edificio de oficinas plantea soluciones constructivas y formales nada convencionales.
Partiendo de las exigencias de la propiedad, que pretendía la máxima flexibilidad en distribución e instalaciones, los arquitectos desplazaron a un lateral medianero el núcleo de comunicaciones y servicios, liberando el espacio destinado a oficinas, que se logra completamente diáfano gracias a una solución estructural formada por dos muros de carga paralelos de hormigón armado, sobre los que descansan vigas de 10'6 m de luz con sección en "T" invertida -separadas 20 cm para crear unas ranuras en las que se instalan los sistemas de iluminación, climatización y detección de incendios, dispuestos en tiras que se recortan contra el techo de hormigón visto-, que conforman unos canales por los que se distribuyen los conductos de climatización, cerrados por un solado registrable de estructura metálica y tableros de fibrocemento, sobre el que se dispone un segundo suelo -también registrable, pero convencional- para alojar las redes de distribución eléctrica y de telecomunicaciones.
Esta solución se manifiesta al exterior en dos fachadas claramente diferenciadas: la meridional, sobre la calle Ulises, se plantea como una doble piel formada por un muro cortina interior de vidrio, que se reviste externamente con una segunda capa de chapas perforadas de acero inoxidable que actúa como filtro solar, creando entre ambas un espacio transitable de 60 cm de anchura recorrido por plataformas de trámex, con acceso independiente para cada planta, que facilitan el mantenimiento de ambas capas.
Por su parte, la fachada septentrional presenta una imagen más convencional a base de bandas de ventanas con carpintería metálica, enrasadas en la superficie de un muro de hormigón visto.