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Fichas tomo 3
Alberto Martín Caballero y Miguel Ángel Santibáñez Llinás: 2002 (P) 2005 (Fo)
Aunque normalmente se relaciona el "estilo minimalista" con volúmenes puros realizados mediante grandes muros ciegos de hormigón blanco, a la vista de este edificio podríamos hablar de un "minimalismo vítreo", que hundiría sus raíces en la obra de Mies van der Rohe y Alejandro de la Sota para llevar a su máximo desarrollo el concepto de muro cortina, entendido como una envolvente tersa que oculta la propia estructura que lo sostiene hasta desmaterializarse en un puro juego de reflejos.
Concebido como un cubo de aristas vivas, posado tras un muro de hormigón visto que le permite absorber el desnivel de la calle y crear un espacio abierto ante el acceso, el edificio consigue una desmaterialización máxima en la que únicamente las líneas del despiece de los vidrios nos hablan de una posibilidad de estructura.
Esta voluntad de abstracción se hace patente en la entrada, que es tan sólo un vacío recortado en el espejo, realizado con gran limpieza constructiva como puro juego de planos y sin la distracción de elementos anecdóticos o sobrediseñados.