ARQUITECTURA DE MADRID

Viviendas unifamiliares para las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos en El Encinar de los Reyes

Fichas tomo 3

Fecha
1955
Resumen histórico arquitectonico
Urbanización: Luis Laorga Gutiérrez y José López Zanón: 1955 (P)
Viviendas: Luis Laorga Gutiérrez, José López Zanón y Ernest J. Kump: 1ª fase: 1956 (P y O) 2ª fase: 1957 (P) 1957-1958 (O)
Protección
No
Descripción formal

La peculiar presencia de esta colonia de viviendas en la zona sur de La Moraleja, en terrenos compartidos por los municipios de Madrid y Alcobendas, y particularmente su confiada relación con el entorno inmediato, huérfana de las tópicas plantaciones de setos -naturales o metálicos- configuran sin temor a equivocaciones uno de los paisajes residenciales más originales de nuestra ciudad.

De hecho, esta inusual condición urbanística, junto con la elegante modernidad de sus viviendas, alimentó el rumor de que nos encontrábamos ante un inédito proyecto en España del maestro norteamericano de origen austriaco Richard Neutra.

Sin embargo, y aunque relacionada con aquel país, la historia es otra.

Esta colonia de viviendas destinadas al personal militar de las Fuerzas Aéreas norteamericanas instaladas en España por mor de los correspondientes acuerdos que en la década de los cincuenta contribuyeron a la rotura del aislamiento internacional de España, son el resultado de un concurso convocado por el Grupo Militar Conjunto Americano en 1956, ganado por Luis Laorga y José López Zanón.

De hecho, para la redacción de su propuesta el equipo de arquitectos estudió otras urbanizaciones semejantes construidas en otros países europeos, lo que favoreció la aparición de una imagen desligada de la tradición española aunque, en justicia, habría que señalar la proximidad geográfica y temporal de la vivienda que Miguel Fisac se estaba construyendo en el vecino Cerro del Aire.

Dentro de una aparente homogeneidad, construida con muros de carga de ladrillo generalmente enfoscados, grandes ventanales en alternancia con paños ciegos y amplias terrazas en las fachadas principales, el modelo de agrupación de cuatro viviendas en dos alturas mostraba una gran flexibilidad interior, adaptándose a siete tipos de edificios en función del número de piezas y de la graduación militar de sus ocupantes.

También se construyó un pequeño número de viviendas de una sola planta para oficiales de alta graduación.

Como en tantas ocasiones, habría que denunciar el dudoso criterio con el que algunas de estas viviendas están siendo transformadas, desde la parece que inevitable partición de los generosos ajardinamientos perimetrales a la aparición de materiales espúreos como la teja, en un paisaje que en su día sirvió para abrir nuestros horizontes sociales y culturales.

Bibliografía. Artículos de Revista

BRESNICK, Adam L.: Adiós, Mr. Marshall. Crónica urbana, Arquitectura, nº 309, 1º trimestre 1997, 102-103