Iglesia parroquial Ciudad Pegaso
Fichas tomo 3
Juan Bautista Esquer de la Torre y Francisco Bellosillo García: 1956 (P)
Entre los equipamientos inevitables en cualquier iniciativa urbanística en la década de los cincuenta en nuestro país se encontraba la iglesia parroquial con toda su retahíla de servicios y salones anexos.
Además, en la época, estas instalaciones funcionaban tanto como referentes sociales como urbanos.
La estrategia para conseguirlo pasaba en la mayor parte de las ocasiones por su situación privilegiada vinculada a los espacios públicos y por su, en muchas ocasiones, desmesurada escala.
Las dos concurren en el ejemplo que nos ocupa.
En efecto, la iglesia parroquial da frente al espacio que podríamos llamar "de las instituciones", donde se encuentra el edificio de servicios comunes de la Colonia.
La idea de rodear este espacio de viviendas unifamiliares de baja altura no hace si no conceder mayor realce si cabe al gran volumen del templo.
En lo tipológico, esta iglesia no aporta ninguna novedad a las soluciones que caracterizaron su momento, apuntándose a un esquema basilical-longitudinal con corredores laterales, que no naves, y un presbiterio de cuño tradicional encastrado en la cabecera, muy alejado de los esquemas renovadores que contemporáneamente se estaban ensayando, incluso en nuestro país, por los profesionales más sensibles a las corrientes de vanguardia en lo litúrgico que venían por entonces de Centroeuropa.
Un referente formal y cultural de esta iglesia parroquial podría ser el trabajo de Víctor Eusa, quien desde su ubicación periférica en Navarra supo, no obstante generar una influyente corriente de actualización de los modelos tradicionales que hizo éxito en las primeras décadas de la posguerra española.