Colonia Valderribas
Fichas tomo 3
Urbanización: José Yncenga (ing.): 1964 (s.i.)
La proximidad de las canteras de piedra caliza propiedad de la sociedad Valderribas en el término de Morata de Tajuña, así como los yacimientos de arcillas en las inmediaciones de Vicálvaro, dieron lugar a una potente industria cementera que administró materiales a las empresas constructoras que contribuyeron al crecimiento de Madrid durante décadas.
Para alojar fundamentalmente a los ingenieros que atendían esta industria se proyectó una singularísima colonia de chalets.
Su implantación en el terreno disponible se hizo atendiendo a criterios paisajistas que hoy podríamos considerar enormemente contemporáneos y, desde luego, muy poco frecuentes en la época.
Para ello se consideró como parte irrenunciable del propio proyecto la urbanización y el ajardinamiento en un ejemplo de trabajo integrado y en equipo, cuyos resultados quedaron claramente a la vista.
Pero es que, por otra parte, las que podrían ser consideradas arquitecturas de referencia se sitúan en los suburbios de las grandes ciudades californianas, como Los Ángeles, lo que de por sí constituye un acontecimiento en el panorama profesional de la época, desde al menos los tiempos de Pedro Muguruza.
El recurso a muros ciegos de ladrillo alternando con otros tratados con mortero, las pendientes del terreno originales, dejadas libres en algunos puntos y contenidas con muros en otros, o la presencia de grandes terrazas voladas son elementos de un discurso arquitectónico de extraordinaria frescura y que redimen un distrito con muy escasos brillos.
Lamentablemente el crecimiento de alambradas, portones y otros elementos de seguridad han ido desvirtuando el carácter paisajístico y de apropiación de la topografía que el proyecto planteaba.
No obstante, la presencia de los mencionados muros de contención, los taludes o la jardinería todavía evocan lo accidentado del territorio original en una población cuyo factor de crecimiento fue precisamente la composición de su suelo.