Viviendas en manzana semiabierta

Hasta aquí hemos hablado de soluciones de manzana cerrada o de bloque lineal, que son los dos tipos marcados por la rígida ordenación proyectada para Valdebernardo.

Pero el cuidadoso estudio de las condiciones urbanísticas reservadas a esta manzana de 60 por 90 metros realizado por el equipo de Carmen Bravo y Jaime Martínez Ramos, otro de esos por entonces jóvenes estudios cargados no obstante de experiencia en este terreno de la vivienda social, permitió apreciar que la ocupación total del área de movimiento, multiplicado por la altura permitida arrojaba un excedente de superficie.

Esta circunstancia permitía la elección entre ocupar todo el área con menor altura o bien consumir ésta liberando parte del suelo y consiguiendo así accesos al interior del patio de manzana.

La adopción de esta última configuración permitió explorar una solución intermedia entre la manzana cerrada y el bloque abierto, en la medida en que el carácter semipúblico del interior de manzana convertía a sus límites edificados en una sucesión de bloques, bien es cierto que ceñidos a los límites de la manzana.

No obstante, el planteamiento de esas posibles penetraciones en las esquinas de la manzana, junto al afilamiento en los extremos de estos pseudos-bloques acentúa la sensación de la que venimos hablando.

En planta baja se sitúan también viviendas, entre las que se incluyen las necesarias para discapacitados, a las que se accede mediante rampas o escaleras, ya que todas ellas se encuentran elevadas un metro sobre el nivel de los soportales para conseguir privacidad.

Las plantas superiores se estructuran de igual forma en todos los edificios: se plantea un corredor central, paralelo a fachada y abierto a la luz en los extremos.

Desde él se accede a las viviendas, seis o diez por planta, según que el bloque sea el corto o el largo.

Cocinas y aseos se adosan al corredor, en tanto que estar y dormitorios vierten al exterior.

La última planta mantiene en la crujía interior el mismo número y composición de viviendas; sin embargo al exterior tan solo mantiene las centrales, generándose un nuevo tipo de vivienda similar a la de las plantas inferiores, pero que cuentan con una pequeña terraza descubierta tamizada por una pérgola.

Este elemento, junto con la pérgola del lado opuesto, constituyen el remate del edificio.