Biblioteca del Campus de la Universidad Rey Juan Carlos
Fichas tomo 3
Javier Frechilla Camoiras y José Manuel López-Peláez Morales: 2000 (Fo)
En el conjunto del campus que, como queda dicho más arriba, configura una gran manzana sensiblemente lineal con orientación norte sur, el solar de la biblioteca se ubica en el extremo noreste del campus, por lo que puede considerarse como el fondo visual del eje este-oeste.
Pero también, con respecto a los anónimos bloques de viviendas que no obstante sirven para dar escala al tejido urbano que envuelve el área universitaria, la pieza encaja con calculada precisión, tanto en lo que se refiere al tamaño como a los materiales empleados.
En este relativamente pequeño campus, se hace preciso concentrar varios usos en cada edificación, por lo que en la pieza que nos ocupa además del programa de biblioteca se ha previsto un salón de actos que se ha considerado prácticamente autónomo.
De hecho, los arquitectos del conjunto consideraron una volumetría independiente para cada parte del programa, situando el acceso principal en el punto de articulación de los mismos.
Así, en el ángulo entre ambas piezas se dispuso una pérgola de lamas verticales de gran dimensión en dirección norte-sur para evitar el soleamiento de poniente en la planta baja y, según los mismos arquitectos, enfatizar el fondo de perspectiva del eje este-oeste.
Para su funcionamiento interior el paradigma estudiado fue aquel al que, en función de los acuerdos de Bolonia parece que todo nuestro sistema universitario se dirige, esto es el norteamericano, lo que en el caso que nos ocupa se traduce en que el edificio permanece abierto las 24 horas del día.
Además otras dos consideraciones explicarían su configuración: la claridad de funcionamiento y una espacialidad acorde con un edificio de estas caracteríticas.
Para lo primero se estudiaron las circulaciones independientes entre personal y usuarios, un control de accesos y salidas que garantizase tanto la integridad del patrimonio documental como la utilización parcial del edificio fuera del horario convencional, así como la cómoda utilización de las salas y su fácil control.
Con respecto al segundo aspecto se ha tratado de conjugar una percepción casi íntima del espacio para sus usuarios habituales, con la escala de lo institucional que corresponde a una biblioteca universitaria.
Para ello se dividió el uso del edificio entre un primer ámbito siempre accesible de salón de actos, salas de estudio, aseos y máquinas de refrigerios, ubicando en la planta superior las salas de lectura y hemeroteca en tres niveles unidos por un gran espacio central iluminado cenitalmente.
Por encima de éste, en los espacios bajo cubierta se ubican las máquinas necesarias para el buen funcionamiento del edificio.
Finalmente, bajo rasante se ubican los fondos que no son ya de libre acceso en zonas de estantería y compactos, los almacenes generales y las instalaciones, estas últimas abiertas a un pequeño patio inglés trasero para sus necesidades de ventilación así como de accesibilidad.
Puede que como se ha señalado más arriba, lo más característico del planteamiento de esta biblioteca sea su posible funcionamiento nocturno, lo que convierte al edificio en un fanal luminoso "after hours" que manifiesta la actividad que en su interior se produce, rompiendo con los rígidos horarios que históricamente han caracterizado a este tipo de instalaciones.