Viviendas en el Sector Central, Fase II

Los proyectos de esta segunda fase del realojo vienen marcados por un diseño mas cuidado y voluntarista, posibilitado por la ausencia de preexistencias, ya que la primera fase permite el desalojo previo organizado en base a los trazados primitivos.

Un Estudio de Detalle tramitado como modificación del Plan Parcial determina cambios sustanciales.

La manzana pasará a ser la unidad básica y la calle el elemento ordenador esencial.

Nace una agrupación tipo de anchura fija de 45,40 m.

capaz de agrupar e unificar viviendas dúplex y/o unifamiliares con los patios privados al interior de la manzana.

Aparece una nueva tipología, el bloque de cuatro plantas con viviendas en dúplex superpuestas, contando la inferior con patio privado, con la misma disposición que las unifamiliares, y la superior con terrazas, con criterios de racionalización constructiva que comparte con las torres.

Los testeros de la agrupación de cuatro plantas se resuelven con una disposición en U, que incluye bajos comerciales, o con la presencia de una torre en el eje de simetría de la composición, con espacios libres públicos y bajos comerciales.

Los bloques en altura alcanzaran las once plantas, resultado de la adaptación a las necesidades reales, aumentando su sección a partir de la octava planta, lo que permite alojar viviendas de cuatro dormitorios, resultando una interesante solución.

Una planta de brillante factura, unifica y empaqueta columnas de servicios, racionalizando la estructura y liberando su distribución.

Mientras en la primera fase los espacios libres entre bloques tienen carácter publico, en esta segunda fase estos espacios se privatizan, diferenciándolos de los de las calles y plazas.

Los espacios libres de las manzana creadas con bloques de dúplex o/y unifamiliares con o sin torre de fondo, se ocupan con jardines privados en planta baja abiertos a un espacio libre comunitario longitudinal.

Aumenta así el número de alojamientos con patios privados y disminuye el numero de viviendas en torre, adecuando la edificabilidad a la idiosincrasia del antiguo barrio de pequeña altura.

El mayor logro es la diversificación y mezcla de tipologías edificatorias que evita la monótona repetición, lo que confiere al barrio variedad volumétrica y carácter cambiante, no ya por elección formal o experimentación, sino como modo de adaptación de las soluciones a necesidades y preferencias de los residentes.

En la formalización de las composiciones y por la racionalidad de las plantas de todos los edificios de esta segunda fase, se aprecia una cierta influencia de la "tendenza" italiana, con configuraciones rossianas de dobles ordenes en los dúplex y unifamiliares, o criterios similares a la milanesa Torre Velasca de BBPR en los edificios en altura.

Los espacios del auditorio al aire libre, el centro cívico-cultural, la plaza porticada y el mini polígono industrial añaden calidad formal al conjunto.

El Pozo es un ejemplo de la política de realojamientos y de una concepción urbanística que intentó conciliar las ventaja higienistas y compositivas del bloque abierto con la trama compacta.