Viviendas junto al Parque de Palomeras

Junto al borde superior del Parque Lineal de Palomeras Sureste, al inicio y en plena curvatura, asomados sobre la A-3 y la M-30, surgen dos sucesiones de edificios de los mismos autores, Montes y Carvajal, las Unidades 8 de Palomeras Norte y 2 de Palomeras Sureste, cuyo común denominador es la marca del ritmo que sus volúmenes producen y la obtención de espacios libres de distintas categorías.

La UD 8, forma dos parcelas triangulares de vértices agudos enfrentados, al quedar dividida la intervención por el final de Benjamín Palencia.

Dos series de bloques lineales de ladrillo, se asoman encaramados sobre la autovía, marcando un ritmo de dobles miradas.

La unidad base, resultado de conectar dos a dos bloques lineales enfrentados entre si y cerrados en los extremos con edificios de una altura, conforman un espacio central ajardinado de uso privado con acceso desde los portales y las viviendas de planta baja, característico de las manzanas cerradas.

Cada bloque, organiza fachadas abiertas de bandas horizontales con terrazas al interior de la unidad, donde se sitúan los salones, frente a los paramentos de huecos netos de dormitorios de las exteriores, comportándose como un bloque abierto.

En el centro, una plaza rectangular conformada por una edificación en planta baja con locales comerciales y pérgolas, respaldan, sólo virtualmente, el espacio urbano y de influencia de dos torres exentas que emergen sobre una diagonal.

La UD 2 plantea una enorme edificabilidad en un solar de trazado curvo.

La estrategia de amortiguar el peso de la masa construida con espacios libres de edificación en cada parcela, evita la disgregación de la rotunda estructura urbanística sobre el eje central curvo.

Radialmente y por parejas, se agrupan Us de edificación abierta, que ensartadas en la calle interior de trazado curvo, tensan una unidad de plaza cerrada entre ellas.

La utilización de dos tipologías edificatorias unidas, bloques lineales curvados de doble crujía en los perímetros y torres cuadradas de mayor altura en los extremos a la calle interior, permite clasificar y valorar sus diversas funcionalidades espaciales.

El eje central queda definido por la sucesión rítmica de elementos arquitectónicos que actúan como hitos, y los bordes de la parcela como fachadas continuas, introduciendo un cambio de escala y un expresivo juego de volúmenes en las azoteas.