Naves industriales para realojamiento en el Pozo del Tío Raimundo

José Francisco Adiego Ballarín, Ramón López de Lucio y Jesús Vizmanos Calvo: 1980 (P) 1982-1984 (O)

En el Pozo del Tío Raimundo, además de las alrededor de 2.000 viviendas que construyen el barrio, se censaron 47 comercios, negocios y asociaciones que hubieron de ser también realojados, aunque las previsiones crecieron hasta 67.

Siempre por sorteo, unas, las compatibles, se instalaron en el Centro Cívico en las dos galerías laterales, otras surgieron en los bajos de torres y bloques de cuatro alturas, en los espacios apropiados para la colectividad, otros, como los talleres y naves industriales a que nos referimos, se sitúan en el extremo sureste del conjunto, solucionando el cierre del área tras las negociaciones de la modificación del Plan Parcial de 1980.

Dos hileras de naves de ladrillo con cubierta abovedada, de cuatro tipos distintos interiormente, de factura limpia y acabados netos.

Las formas de sus cubiertas evidencian el sistema de desagüe de las mismas y su geometría compositiva.

Una ingeniosa y sencilla construcción de muros medianeros de ladrillo con entramado de estructura metálica.

La hilera de naves alineadas unifica su altura modificando los niveles de la ultima nave con un remate en rampa que hace de la esquina una singularidad en el conjunto.

Las naves posteriores se desplazan unas sobre otras, abriendo la perspectiva a Esteban Carros.

Sus muros deslizan buscando el espacio que cede la forma de la parcela, dibujando la elipse de las formas de sus cerchas en la fachada sur, sobre los que descansa una viga corrida que canaliza el agua de la bóveda hacia los extremos, uniendo los apoyos de su geometría estructural.

El carácter industrial del conjunto queda significado por la forma de sus cubiertas abovedadas y los materiales empleados con crudeza.

Los grandes vanos de sus fachadas, protegidos por rejas con mallas metálicas simples, siguen el criterio de color del resto del barrio, rojo oscuro.