Centro de tratamiento de residuos sólidos urbanos Las Dehesas

La Planta de Tratamientos de Residuos es el resultado de un concurso de Proyecto, obra y explotación.

En el área destinada a acoger los desechos de Madrid, se ubica este conjunto que además de la planta de residuos ordena dos edificaciones complementarias: la pieza de control y pesaje de los vehículos que acceden al recinto, anuncio monumental de presencias inquietantes, y la hermética planta de elaboración del compost a partir de residuos orgánicos.

Lo que interesa de esta obra, además de la propia arquitectura y los recursos constructivos de los que se nutre, es el esfuerzo de sus autores por exponer un nuevo concepto de actuación en el paisaje, y de interpretación del encargo profesional, que traduce su empeño por insertarse en una línea de indagación personal que trastoca los códigos habituales de trabajo y avanza direcciones para la arquitectura contemporánea.

La brillantez de este discurso viene avalada por la coherencia de los resultados arquitectónicos, de lenguajes siempre contenidos y siempre innovadores, donde el eco de los mejores maestros del reciente moderno español -Sota, Corrales y Molezún-, se mezcla con los mejores anuncios que desde la frescura de las aulas y desde los supuestos culturales complejos que nos rodean, conforman cada vez más lo que seguimos considerando el papel del arquitecto.

Un edificio para reciclar que se propone a sí mismo como procedente y destinado al reciclado en 25 años; que genera paisaje y atiende al carácter gravitatorio del proceso, adaptándose a la ladera y restituyéndola en la cubierta vegetal; pero que lejos de aceptar posiciones figurativas ligadas a los basureros, propone una envolvente translúcida de policarbonato reciclado que recrea la luz difusa en un interior inmenso, reuniendo en un solo edificio las múltiples funciones a que debía responder.

El visitante puede recorrer y entender el proceso.

El vertedero se convierte en museo incidiendo de lleno en la capacidad de ciertas arquitecturas para regenerar sensibilidades.

El compromiso medioambiental queda así impregnado en cualquiera de las dimensiones de la obra.

El territorio circundante, una meseta artificial de vertidos de los últimos treinta años, más el 10 % no reciclable que se siga acumulando en una atalaya próxima, componen un paisaje capaz de recuperarse como Parque Regional del Sureste de Madrid, alimentado por los cauces del Jarama y del Manzanares.

Sistemas de desgasificación, de reforestación, invención de paisajes: "ensayamos técnicas con las que manipular positivamente un paisaje hasta hace bien poco ignorado: trabajamos con los olores, con el viento, con la riqueza ornitológica, con el movimiento de tierras a gran escala, con la erosión, con la velocidad de los distintos deportes, con el vacío característico de La Mancha, con gamas de color arena y pardo, con las redes de obtención de biogás...".