Escuela de Logística del Ejército de Tierra

Localizada desde 1943 junto al Parque Automovilístico de la 1ª Región Militar, la Escuela de Logística del Ejército es una institución docente especializada en la formación de mandos y soldados destinados a la gestión táctica, conducción y reparación de vehículos militares.

Se trata de un gran centro, mezcla de academia y acuartelamiento, cuyo primer director, el comandante de ingenieros (después coronel) Manuel Arias-Paz, fue también el autor del proyecto arquitectónico y el director de su ejecución.

En la obra finalmente construida, que difiere de los primeros diseños, los edificios principales se organizan en torno a una plaza central -cuyo jardín fue realizado por Cecilio Rodríguez-, antecedida por una edificación en forma de U, que alberga las estancias comunes en el centro y los alojamientos en las alas.

Al fondo se sitúan el edificio docente y el auditorio, presididos por una singular torre constituida en hito destacado, tras los que se ubican los talleres y las construcciones auxiliares, además de la pista de entrenamiento.

Hacia el sur, en un paraje arbolado, se encuentran las antiguas residencias de oficiales y suboficiales (hoy en desuso); unas interesantísimas construcciones que, igual que todo el complejo, recogen enseñanzas del primer racionalismo madrileño.

El excepcional conjunto muestra, de modo paradigmático, la confluencia de distintas corrientes y las ambivalencias estilísticas que caracterizan a cierta arquitectura de los años 40.

Por un lado, resulta evidente el sustrato funcionalista heredado del periodo republicano -lo que podríamos llamar "racionalismo de posguerra"-, que rige su concepción general (sencillez compositiva, desornamentación y moderna estructura metálica o de hormigón armado con distribución modular); pero por otra parte también son visibles diversos rasgos procedentes de un art déco tardío (sobre todo en la expresiva torre, la resolución de los testeros y el tratamiento del auditorio), e incluso algunos detalles aislados que se inspiran en la grandilocuencia historicista de la arquitectura alemana e italiana coetánea (rejerías clasicistas y revestimientos pétreos), presentes en la ornamentación de algunos interiores.