Equipamientos de la Colonia

La actual Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Soledad se edifica a partir de la capilla de la colonia de Los Almendrales.

La capilla, de planta rectangular, estaba formada por una nave única de 7 tramos, dos destinados a presbiterio y sacristía, definidos por muros de fábrica transversales que sirven de contrafuertes, exhibidos al exterior, para apoyo de los arcos.

A continuación, sobre el tramo de ingreso, se amplia el templo, dejando el primitivo como capilla lateral en la cabecera y compartiendo un crucero de planta cuadrada con pequeños brazos en prolongación de las naves.

La nueva nave, ortogonal a la originaria, con 5 tramos, portada y torre a sus pies, se ejecuta con similares características formales y constructivas.

El Dispensario de Usera se proyecta como un equipamiento médico elemental a fin de atender los problemas sanitarios de la población.

Sencilla construcción, de muros de carga de una planta en planta en "C" con las alas abiertas, dotada de dos consultas, sala de Rayos X y servicios anejos.

En la actualidad tras su reforma y ampliación se destina a Centro Municipal de Mayores.

En 1944 la DGA edifica El Grupo Escolar mixto Porta Coeli, actualmente Colegio Mater Purísima.

Dividido en dos zonas simétricas cada una con vestíbulo, despacho, dos clases y aseos, con la singularidad de que las clases centrales, separadas por una mampara de madera practicable, permiten crear un salón común.

En edificio independiente, de 2 plantas en "U", se construyen 4 viviendas para maestros.

Dependiente de Auxilio Social se administra por las Hijas de Jesús que destinan las viviendas a residencia.

De la primera etapa, décadas 1940 y 1950, quedan interesantes vestigios de evocación racionalista, como la actual Escuela Infantil La Jara, sobre la primitiva capilla del Colegio y dependencias anejas.

Un segundo Colegio se edifica en 1950 regentado por los Clérigos de S.

Viator con el nombre de Ntra.

Sra.

de Fátima.

Planta en "H" asimétrica con las alas alineadas a calles opuestas y el alma orientada a mediodía.

Aprovechando el desnivel del terreno, sobre el ala a cota más baja en dos plantas se sitúa la residencia de la Congregación; en el resto, con una, las dependencias escolares.

Interesante solución de cubiertas mediante bóvedas atirantadas de rasilla, de tres roscas para las luces mayores y de dos para las restantes.

A continuación, con características arquitectónicas similares, se edifica otro pabellón en la manzana frontal por S.

Antonio de Padua, además de otros pabellones para escuela de aprendices, en diferentes fases, en las manzanas contiguas que irán dando forma al actual colegio Fátima.