Posesión de recreo del Conde del Campo Alange
Fichas tomo 3
Finca de los PP.
Marianistas
Fue el constructor de esta quinta D.
Manuel José de Negrete, II conde del Campo Alange y destacado militar, político y diplomático de su siglo, quien habría de escoger como embrión de la misma una casa con huerta a la salida de la población del Alto Carabanchel y al borde de la cañada que se dirigía a las villas de Alcorcón y Boadilla.
Sobre la posesión, que llegaría a alcanzar 11,83 ha de extensión, iniciaría inmediatamente la construcción de la casa palacio y de las edificaciones auxiliares, trazando los jardines que rodeaban a aquélla y la huerta adyacente.
Tras algunos años de disfrute, se interesó por ella la reina María Luisa de Parma, quien la adquirió el 12 de enero de 1803, si bien no para sí, sino como nueva dádiva a su favorito Manuel de Godoy y más concretamente a su ahijada e hija de éste Carlota Luisa.
En 1826 fue vendida al financiero e hidalgo vasco Manuel Ramón de Villachica, quien inició inmediatamente la reparación de la quinta y le devolvió su perdido esplendor, si bien doce años después pasó al rico banquero gaditano José de Fontagud-Gargollo.
Se hallaba entonces la posesión toda poblada de árboles frutales, olivos y parras, con su ameno jardín, un criadero de pavos reales y faisanes, dos palomares, un mirador y la casa principal, cómoda y hermosa.
Fue también dominio de José de Salamanca, quien la adquirió antes de hacerse con la vecina Vista Alegre, y a partir de 1870 del caballero vizcaíno Mariano de Larrinaga, al que se deben importantes mejoras, tanto en el palacete como en sus extensos jardines.
Su hija, la condesa viuda de Casa Puente, vendió la finca en 1941 a la Compañía de María para adaptarla a escolasticado, obras encomendadas al arquitecto Luis Moya, quien efectuaría entre otras un panteón para los religiosos, volumen piramidal de ladrillo, muy ligado, pero a menor escala, a su "Sueño Arquitectónico para una exaltación nacional" de 1937.
A pesar de las numerosas edificaciones y parcelaciones, que han venido a atender las necesidades docentes, editoriales y religiosas de los Marianistas, aún es posible reconocer en la quinta los restos de una época de esplendor que ya pasó.
CAPITEL, Antón: La arquitectura de Luis Moya Blanco, Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, Madrid, 1982
LASSO DE LA VEGA ZAMORA, Miguel: Quintas de recreo y casas de campo aristocráticas alrededor de Madrid. Los Carabancheles, Canillejas y Chamartín , Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Navarra, Madrid, 2004 [tésis doctoral]