Parque de la Cuña Verde de Latina

El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1985, en su Operación Madrid Verde, planteaba la actuación forestal en zonas, como Latina, con escaso arbolado.

En realidad, la Cuña Verde Latina es mucho más que un parque urbano, pues se trata de una operación regeneradora de un amplio tejido lineal, fronterizo entre Latina y Carabanchel, concebida como una ingente tarea "civilizadora" de un páramo infraurbano con capacidad para engendrar el foco de una superestructura urbana en sus márgenes.

De ahí las plantaciones en este parque, que remata la trama meridional del paseo de Extremadura creando una conexión verde desde el Parque del Manzanares con la Casa de Campo, de la que se separa por la carretera de Extremadura y el río Manzanares en su extremo oeste, limitando con el cementerio de San Isidro en la proa de la cuña.

Con una superficie de 90 Ha., enlaza los barrios de Goya, Campamento, Aluche y Caño Roto, conformando además un archipiélago de parques o una cadena de zonas verdes: el parque de San Isidro, la Cuña Verde y el lineal parque de Aluche en el borde sur, prolongación de la filosofía regeneradora e integradora de la estructura urbana de los márgenes.

Las zonas verdes se fragmentan para adaptarse tanto a las irregularidades que suponen los límites de la operación como a los problemas topográficos, y en ellas se incluyen espacios dotacionales, equipamientos deportivos y de reunión y un jardín botánico.

Se articula el conjunto a partir de un eje longitudinal de 4 Km.

del que parten sendos caminos con bulevares hacia los diversos puntos de interés: partes aterradas y pasarelas sobreelevadas desde las que se divisa el parque en su totalidad, plazas, un bosque de pinos, el jardín infantil, la gran pérgola o las fuentes-géiser, así como una serie de torres diseñadas a modo de atalayas, en somera metáfora marinera por su papel de luminarias nocturnas del paisaje verde configuradas mediante rayos láser.

Los bordes se diseñan con gestos silenciosos e incorporados a las características naturales del terreno con delicadas intervenciones epidérmicas: pasarelas, muros de contención de hormigón, etc…, y, desde los márgenes, vemos las sutiles emergencias del parque como si siempre hubieran estado allí.

La superficie se modela para crear incisiones y accidentes y definir los espacios exteriores transformando la topografía existente: "el paisaje como arquitectura y la arquitectura como paisaje" son la mejor definición y elogio de esta excepcional intervención.