ARQUITECTURA DE MADRID

Viviendas unifamiliares aisladas en tres manzanas del centro de Aravaca

Fichas tomo 3

Fecha
1955
Resumen histórico arquitectonico

Federico Faci Iribarren: 1955-1956 (P) 1956-1964 (O)

Protección
No
Autores
Descripción formal

Este grupo de viviendas unifamiliares en tres manzanas que se construye en Aravaca en los últimos años cincuenta en una situación cercana a su casco antiguo, pero excéntrica respecto al mismo y a medio camino entre su eje principal (antiguo camino de Valladolid, hoy avenida de la Osa Mayor) y la carretera de La Coruña, es resultado indirecto de las relaciones "oficiales" que se establecieron entre la arquitectura norteamericana y la arquitectura española en la década de los cincuenta como fruto a su vez de los acuerdos de índole política firmados en 1953 y conocidos como "Pacto de Madrid" entre Estados Unidos y España y que tuvieron como escenario más visible el despliegue de las bases americanas en territorio hispano y la consiguiente construcción de las mismas completadas con viviendas y equipamientos de carácter autónomo para alojar a los militares estadounidenses y sus familias.

Ello significaría paradójicamente implantar en ellas un proceso proyectual y unas formas constructivas muy alejadas de las normas emanadas del Régimen en la década anterior y más cercanas a los postulados del Movimiento Moderno que había sido proscrito tras la guerra civil como estilo mal llamado "republicano", y que seguramente serían factibles gracias a esa condición de aislamiento que las caracterizaba, del mismo modo que la agrupación de Aravaca constituyó una suerte de archipiélago hermético e introvertido al norte del antiguo núcleo urbano al que no es ajeno su diseño (suma de tres islas o manzanas envueltas homogéneamente por un zócalo que a veces se torna muralla de mampostería de piedra dorada de rústico ensamblaje), entroncando en la actualidad un área de viviendas unifamiliares con otra de viviendas adosadas e incluso con una tercera de bloque en altura de baja densidad.

Ello no empaña el hecho de que las relaciones "oficiosas" hubieran arrancado de mucho antes, ya que, como titula una reciente publicación, desde 1939 y hasta bien mediados los años sesenta, la arquitectura norteamericana sería "motor y espejo de la arquitectura española en el arranque de la modernidad", al menos para un considerable sector de arquitectos (aunque fuera "entre líneas" o "tras las bambalinas"), algunos de los cuales llegaron incluso a trabajar en destacados estudios de USA.

En 1955, el arquitecto norteamericano de origen austríaco, Richard Neutra, visita la Escuela de Arquitectura de Madrid y en 1956 el maestro dirigirá en España a un equipo de profesionales, entre los que se contaban Federico Faci y José María Anasagasti, en orden al proyecto de concurso para alojamientos de las familias de los miembros de las fuerzas aéreas norteamericanas residentes en España en las bases de Morón de la Frontera y Torrejón de Ardoz (convocado después el concurso de Zaragoza y El Encinar de los Reyes, éste fue ganado por Luis Laorga y José López Zanón con planteamientos muy similares a los de Neutra), aunque, por otra parte, ambos se adaptaban como un guante al manual de uso redactado por las fuerzas aéreas norteamericanas, cuyos modelos constructivos eran acomodados en España por la Oficina de Anteproyectos de las Bases (Luis Vázquez de Castro, José Luis Durán de Cotes, Carlos Pfeiffer y González Díez entre otros) al material hispano por excelencia: el ladrillo, dimensionando en orden al mismo los diversos elementos que devenían así normalizados: crujías, pasillos y habitaciones; ventanas, capialzados y vierteaguas, etc.

Por ello, las viviendas de Aravaca, atribuidas a Richard Neutra pero firmadas por Federico Faci (Carlos Sambricio alude igualmente a José María Anasagasti como segundo colaborador en España), muestran la marca de la arquitectura californiana del austríaco, en cierto modo cercana a la mediterránea, pero también las de sus afines, el arquitecto de origen suizo Jacques Seltz, de la firma Pereira y Luckman de Los Ángeles, director del Departamento, y Frederick L.

Langshort, arquitecto jefe de las bases.

Era sobre todo una arquitectura funcional, neutra y tecnológica, heredera del pensamiento de Le Corbusier y concebida a la escala humana.

Partidaria de una organización en supermanzanas residenciales delimitadas por vías rodadas e infranqueables a penetraciones de vehículos que no sean meramente superficiales, por lo que los garajes están fronterizos a aquéllas, al igual que las viviendas, plantea el espacio como algo vivo en relación con el exterior, incidiendo en elementos que proyectan la construcción hacia fuera a la par que incorporan la naturaleza a los interiores: finas marquesinas y pronunciados voladizos, profusión de ventanales, porches, terrazas y pasos cubiertos, patios y jardines hacia los que la vivienda, de una planta sobre amplio sótano, abre perspectivas multidireccionales en tanto que sus diversas piezas, sobre muros de carga de ladrillo, en parte vistos en parte revocados en blanco, se disponen con arreglo a la configuración topográfica y paisajística, ofreciendo una fragmentación (según plantas irregulares de perfil discontinuo) en la que inciden muretes a diversa altura que interseccionan entre sí ortogonalmente, al modo de una geometría mondriana, en esa aludida fagocitación interior-exterior.

Este núcleo semiautónomo, al parecer concebido inicialmente para jefes y oficiales americanos, que se establecerían definitivamente en El Encinar, estuvo poblado por altos cargos extranjeros de empresas multinacionales, con preferencia estadounidenses, y hoy se ha reconvertido en gran medida para servicios asistenciales, principalmente residencias geriátricas y de la tercera edad y escuelas infantiles.

Bibliografía. Artículos de Revista

BRESNICK, Adam L.: Adiós, Mr. Marshall. Crónica urbana, Arquitectura, nº 309, 1º trimestre 1997, 102-103

CASSINELLO, Fernando y PICO, José Luis: Richard J. Neutra, Arquitectura, nº 81, sep. 1965, 53-56