Viviendas unifamiliares en Valdemarín

Estas tres casas son arquitecturas de autor en las que late vehementemente un aliento expresionista que las insufla de vitalidad y dinamismo interno y externo, como un organismo tecnológico concebido desde una metáfora biomórfica: seres vivos construidos con técnicas y materiales convencionales y tradicionales (muros pantalla en sótanos, ladrillo, tejas, cerámicas, yesos, etc.) al modo de series inconclusas de una biografía y una obra en evolución.

Desarrollan programas muy complejos, generando un despliegue de locales normalmente vertebrados por un espacio longitudinal de reparto, con perfiles zigzagueantes que se repiten en los quebrados tejados de diversos faldones que, de forma irregular, parecen apresar la casa con la protección de pronunciados aleros y asumen un ambivalente papel de cubiertas y fachadas o, a veces, se identifican unas con otras sin solución de continuidad como el abrazo del caparazón de un crustáceo.

La más destacada, una edificación que recuerda las construcciones de Steiner, resuelve la envolvente única con revestimiento de piezas cerámicas prolongado en las pendientes.

Otra de las casas simplifica la carga retórica y dramática de la anterior con interminables superficies encaladas, llevando al límite los blancos acabados, de imagen suave y grácil, como si un paño lechoso hubiera cubierto todo el edificio.

En definitiva, variaciones del mismo tema que culmina en expresivas chimeneas, volúmenes y muros inclinados que extienden el hábitat a pie de tierra, etc.

Los lujosos y diseñados espacios interiores, los techos oblicuos, las dobles alturas, las pregnantes imágenes, en fin, desmitificadoras de las tópicas tipologías de "chalets", verifican en estas viviendas el anhelo de ser auténticas "villas" sumidas en cierto aire romántico.

CHALET: ___ en Aravaca : Madrid, España, Informes de la Construcción, nº 255, nov. 1973, 45-52