Grupo residencial "El Pardo de Aravaca" en Valdemarín
Fichas tomo 3
Instalaciones complementarias: Juan Manuel Ruiz de la Prada Sanchiz: 1981 (P) 1981 (O)
Desde la década de los sesenta, la mitificación de Aravaca y sus excelentes paisajes, más la confluencia de los mejores arquitectos y expertos del diseño residencial pequeño-burgués y/o de lujo, dieron lugar a conjuntos como éste, heredero de la arquitectura de similares estándares de la capital y llevado a cabo con gran despliegue de medios, lejos de las proclamas culturales pero no exento de la sofisticación y los gestos manieristas de su autor.
El reconocimiento identitario de los modelos habitacionales en cuestión constituye una brillante aportación de índole tipológica de impecable factura funcional, conservadora en cuanto a programa, racionalidad u optimización de la planta, pero trasmutado con talento el pragmatismo del proyecto y traducido en esplendidez expresionista en la figuración y en la imaginería.
El bloque de dos cuerpos en "L" cierra ámbitos urbanos identificables y la doble fachada ofrece mil matices en una apología de la arquitectura del ladrillo: porches, balconadas, celosías, chimeneas de enfáticas formas...
y un especial acento en los espacios articulados entre ambos cuerpos y en el vértice esculpido entre ellos.
Función y expresión aunados, pues, en un edificio de viviendas cargado de carácter, que, con la prudencia de la distancia y la reserva critica, y a través del lenguaje personal de un arquitecto que llegó a ser protagonista de la arquitectura residencial burguesa madrileña de los setenta, retrotrae a la plástica elocuencia de las arquitecturas en ladrillo de la Escuela de Amsterdam.