Oficina Central de Cruz Roja Española

Emplazada en la colonia El Plantío, con fachada a la carretera de La Coruña, la sede social de Cruz Roja Española es un limpio prisma rectangular, revestido de aluminio blanco y desarrollado en torno a un patio interior, que enlaza con el Movimiento Moderno de los años treinta del siglo XX y sus diversas reinterpretaciones posteriores, singularmente la llevada a cabo en los años setenta y ochenta por los "Five Architects" y, dentro de ellos, por la figura de Richard Meier.

Sus tres plantas se perforan por huecos rasgados que, junto al tratamiento en bandas ininterrumpidas del revestimiento, inciden en la horizontalidad de sus líneas, tan sólo rotas por los dos grandes vanos verticales y arquitrabados que enmarcan la esquina nordeste, a modo de torre (en la que se inserta la escalera de seguridad), destacándose el tercer nivel, que discurre en terraza sobre la N-VI como una logia conformada por la secuencia estructural de los pórticos de hormigón.

Esta aparente simplicidad compositiva se pespuntea con elementos como el a la vez liviano y enorme pórtico de la fachada oeste sobre altísimas columnas; o los accesos, que introducen un eje oblicuo sabiamente desplazado hacia uno de los extremos, marcado en la fachada este por pasarelas a diversa altura y en todo su trazado, que define el vestíbulo; y también por el remate curvo de la bóveda sostenida por cerchas metálicas vistas, dividiendo los dos sectores que integran funcionalmente el edificio: las oficinas y el salón de actos.

A la vez, el conjunto esconde múltiples juegos de luz, a los que no es ajeno el patio en torno al que discurren las oficinas, concebido como un vacío que ofrece, en el estanque trazado a lo largo de su eje longitudinal, la imagen de los dos muros cortina laterales, diseñados a modo de espejos reflectantes, y las dos torres de pavés que singularizan los muros transversales interiores y albergan los núcleos de escalera.

Otros toques más imperceptibles colman sin embargo de sutileza el edificio: curvaturas imprevistas, modulaciones rítmicas, combinatorias de huecos y carpinterías, ondulaciones y tabiques móviles que personalizan el salón de actos y, sobre todo, los estimulantes diálogos que se establecen entre el lleno y el vacío en una suerte de "caja mágica" plena de sugerencias.