ARQUITECTURA DE MADRID

Iglesia parroquial de San Juan Bautista

Fichas tomo 3

Posición en mapa
Fecha
1926
Resumen histórico arquitectonico

Benito Guitart Trulls: 1926 (P) 1927-1929 (O)

Protección
No
Descripción formal

Sobre unos terrenos inmediatos a la Ciudad Lineal que la marquesa viuda de Amboage adquirió a los jesuitas, tuvo esta altruista dama la voluntad de crear un barrio obrero acogido a la ley de Casas Baratas.

El proyecto inicial comprendía iglesia, 2 escuelas, casa de baños, gimnasio y 132 viviendas unifamiliares de 55 m2, inscritas en parcelas de 132 m2.

La iglesia se construyó en 1929, y en 1931 se concretó la fundación civil "Barrio Obrero Nª Sª del Carmen", que llegó a construir la infraestructura y 24 casas adosadas a lo largo de la calle Faustina Peñalver, denominada así en honor a la benefactora; aunque en la actualidad del conjunto ya sólo queda la iglesia, pues el resto fue sustituido entre 1978 y 1984 por un nuevo barrio de viviendas en bloques de ocho alturas, del arquitecto Luis Cubillo de Arteaga, que en 1995 sufrió una reforma de sus cubiertas que desfiguró el aspecto inicial.

Dicha iglesia es una pequeña pieza neogótica construída según una bella planta de cruz latina, que aprovecha los contrafuertes angulares de la cabecera para alojar dos edículos ochavados, ocupados por la sacristía y una capilla.

A los pies de la nave dos torrecillas, asimismo octogonales, alojan a un lado el baptisterio, y al otro la escalera de subida al coro.

El aspecto exterior, en fábrica de ladrillo con remates de cemento pintado imitando piedra de Colmenar, con su torre y pináculos emplomados, y un óculo que debió de llevar las armas de la marquesa, tiene una acertada proporción -a pesar de su reducida escala- y un cuidado dibujo de remates que conferían a esta iglesia un sentido pintoresco en el paisaje, que desdichadamente ya no se percibe al quedar oculta por los bloques de su entorno.

La fábrica de ladrillo ofrece la particularidad de formar los huecos ojivales con hiladas en paralelo como en una bóveda "catalana" en lugar de en la disposición adovelada habitual, lo que puede deberse al origen catalán de Benito Guitart, que era además uno de los arquitectos de la Compañía Madrileña de Urbanización, promotora de la inmediata Ciudad Lineal.

El interior, con cubiertas planas sobre arcos diafragmáticos, es del mismo estilo, muy sencillo y sin apenas decoración.