Casa Díaz Magro

La vivienda que Salvador Díaz Magro proyectó para su hermano Tomás partió de la incómoda presencia de un transformador eléctrico en su límite norte que no podía reubicarse.

Se optó por revestirlo del mismo ladrillo visto que el utilizado en la vivienda y por crear dos entradas flanqueándolo.

Esta dualidad de entradas casa bien con los dos cuerpos de que se compone el edificio: el primero se sitúa a este, se destina a la vivienda principal y desarrolla su programa en dos plantas y el espacio bajocubierta, mientras que el segundo solo tiene una altura y alberga el garaje y un pequeño apartamento.

Una única cubierta, con un gran faldón descendente hacia el oeste unifica ambos cuerpos, de los que nacen sendas chimeneas, de rotunda presencia la del cuerpo más bajo.

Sin embargo, uno de los rasgos formales más singulares del edificio, nunca construido, era la cubrición del espacio entre los dos cuerpos con una bóveda semicilíndrica de poliéster, que se prolongaba en sendos huecos semicirculares en los alzados norte y sur, creando el sorprendente efecto de la superposición de un círculo virtual con la línea inclinada del faldón de cubierta.

Otros elementos, como el cuerpo saliente de la fachada este, con su revestimiento metálico y su remate en talud, redundan en la singularidad del conjunto.