Casa del artista Diego Moya

El artista Diego (Fernández de) Moya, también arquitecto, proyectó esta singular vivienda para sí mismo en la urbanización de la Raya del Palancar.

Al comienzo de su carrera, a finales de los años 60, había colaborado con Cecilio Sánchez-Robles en la corbuseriana iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas (Madrid) y su influencia se evidencia en algunos elementos de la vivienda, como el volumen cilíndrico de la escalera circular que flanquea su entrada principal o la marquesina que la protege, así como las parejas de lucernarios cilíndricos que iluminan cenitalmente tanto el estudio como la cocina.

Barandillas de tubo pintadas de rojo, huecos circulares o rasgados en esquina sirven de contrapunto a los blancos volúmenes de la vivienda.

Sin embargo, más allá del indudable interés formal del edificio, hay una acertada adaptación al terreno, que desciende hacia el fondo de la parcela.

Así, el arquitecto aprovecha el obligado retranqueo de la vivienda respecto a la calle para disponer entre ambas, enterrado y con cubierta vegetal, su estudio.

Éste completa su iluminación cenital con otra lateral, de forma que el acceso desde la calle se asoma a su izquierda a un vacío, a modo de puente levadizo.

Ya dentro de la vivienda, la escalera principal, de doble tramo, conecta todas las estancias a través de medias plantas, según la siguiente secuencia: en el nivel más alto, acceso, cocina y comedor, éste último conectado visualmente con el salón, situado media planta más abajo y con el que comparte el faldón de cubierta inclinada que acompaña la caída del terreno.

En el tercer nivel se sitúa el garaje, el estudio y sus espacios aledaños, así como el dormitorio principal y su baño.

En el nivel más bajo se ubica los dormitorios de los niños y una zona de juegos.