255 viviendas de protección pública

Aranguren y Gallegos plantean en Villanueva de la Cañada un ejercicio de vivienda de mínimos, pero con una rotunda presencia propiciada por la elección de los materiales de sus fachadas. El área de intervención queda dividida en dos zonas, separadas por la Avenida de la Rioja. En ambas se ha recurrido a la misma estrategia, consistente en agrupar las viviendas en tres bloques con forma de L. Dos de ellos se sitúan en torno a un espacio central, creando una ordenación que niega tanto la monotonía del bloque lineal como el ensimismamiento de la manzana cerrada. El tercer bloque se sitúa perpendicular en ambos casos a la avenida divisoria. En la zona oeste, adapta su lado corto a los límites de la parcela y crea un gran espacio abierto, cuidadosamente urbanizado, en su encuentro con los otros dos bloques. En la zona este, por el contrario, el tercer bloque crea con los otros dos una acertada secuencia espacial con límites muy definidos.
Las viviendas, de escasa superficie, son de orientación única. Se accede a ellas a través de largos pasillos que reducen al mínimo el número de escaleras necesarias en cada bloque en L. Con distribuciones sencillas y bien resueltas, los arquitectos no renuncian, sin embargo, a dotar a las viviendas de cierta flexibilidad, ofreciendo la posibilidad de incorporar alguna habitación al salón mediante el uso de paneles correderos.
El exterior se reviste con chapa metálica ondulada y contraventanas de colores vivos. Se han unificado las dimensiones de éstas, reduciéndose a dos modelos: sencillo, de proporción vertical y rectangular y doble, de proporción cuadrada. En cuanto a la chapa, se coloca tanto en vertical en los paños ciegos entre huecos, como en horizontal en el resto de las fachadas largas, componiéndose una especie de “patchwork” en los testeros. La vibración que produce este detalle en la fachada se incrementa con el movimiento de las contraventanas multicolores deslizando por ellas. Actualmente este efecto se ha perdido parcialmente en las viviendas del lado este, que han unificado todas las contraventanas de un neutro color marrón.