Ermita de San Antón

Además de las tres antiguas ermitas de Villanueva de la Cañada, de las que sólo se conserva la del Ángel o San Isidro, en el término municipal existe una cuarta en la actual urbanización de Villafranca del Castillo, denominada de San Antón y construida a finales del siglo XIX.
La ermita, reconstruida tras la Guerra Civil, forma parte de un conjunto conocido originalmente como de la Venta de Arriba de San Antonio, no muy alejada de la Venta Vieja de San Antón, denominada en 1249 como Paz en Porra y en cuyas inmediaciones cazaba Alfonso XIII en 1920. Actualmente, la Venta de Arriba se encuentra muy degradada e incluye, además de la ermita, la casa-palacio Ballesteros, edificada en los años 30 del siglo XX, conectándose ambas mediante un paseo que discurre junto a una alberca. El posible valor de conjunto de la vivienda se devaluó cuando se demolieron los cuerpos de caballerizas situados al oeste, que configuraban un patio posterior. Más interés plantea el tratamiento paisajístico del lado de la fachada principal de la vivienda, donde escalinatas de directriz curva salvan la pendiente descendente hacia el este y convergen en un estanque de forma polilobulada. Existe proyecto de recuperar tanto la vivienda como los jardines para uso público, actualmente de titularidad privada.
En cuanto a la ermita, es un templo de nave única con un cuerpo bajo perpendicular adosado al presbiterio, que alberga dependencias auxiliares. En su interior es reseñable la formalización de sus cuatro huecos laterales, que interrumpen la continuidad de la cornisa que separa los muros de la bóveda de cañón que cubre el espacio y generan sendos lunetos en ella, así como la resolución de la cubrición del presbiterio, de planta poligonal. Exteriormente, se alterna el ladrillo visto utilizado en las esquinas y en las zonas de los huecos, incluyendo la espadaña sobre la entrada principal, con las plementerías de mampostería separadas por hiladas de ladrillo, rematadas por un alero cuidadosamente aparejado.